El punta argentino no encuentra asociaciones, derrocha energía en numerosos duelos improductivos y pierde frescura en los momentos importantes. Ante el Eibar completó una de las peores actuaciones que se le recuerda como amarillo.
Una de las caras más tristes de la derrota ante la Sociedad Deportiva Eibar (0-2) se podía ver en el rostro de Sergio Araujo. El punta argentino, jugador franquicia de la Unión Deportiva Las Palmas junto a Jonathan Viera, no se encuentra en el campo con el actual sistema. Demasiado solo, sin acompañantes cercanos y con un desgaste que le impide tener frescura. Araujo es un faro solitario en la inmensidad.
Encuentra problemas la Unión Deportiva sin espacios y encuentra problemas Sergio Araujo sin los mismos. La línea del medio del campo, muy alejada del de Villa Crespo, no termina de conectar con el pichichi amarillo del pasado curso. Este año tiene en su cuenta un tanto, precisamente en el partido más alocado de lo que va de Liga ante el Celta de Vigo: con un hombre menos Araujo cayó a banda y evitó el marcaje al hombre de los zagueros celestes. Mostró su mejor versión.
El sistema impide a Araujo tener la movilidad del pasado curso. Su papel se minimiza en ocasiones a batallas perdidas de antemano contra centrales superiores físicamente y en número. Ante el Eibar, los pocos balones que recibió, trato de protegerlo hasta la llegada de la segunda línea. Nunca tuvo éxito.
En el encuentro ante el conjunto de Mendilibar, en datos recogidos por Squawka.com, disparó en una sola ocasión —en el minuto 2, en un chut muy cercano al poste de la portería defendida por Riesgo—, y sus pases nunca fueron claves, por la falta de compañía en los metros finales. La mayoría, de espaldas para buscar nuevos compañeros.
El sistema 5-3-2 en defensa o 3-5-2 en ataque tiende a acumular jugadores en el medio, con un Jonathan Viera como previsible segundo punta en ese dibujo, obligado a recibir en posiciones cercanas a la mitad del campo constantemente. Así, Araujo se muestra como un islote, reduciendo su movilidad para tener una referencia fija ofensiva.
El mapa de calor de la Liga de Fútbol Profesional ante el Eibar deja otra evidencia: no pisa área ni se desenvuelve en otras posiciones. El 4-3-3 permitía a Araujo aparecer por sorpresa o caer a banda. Como referencia fija Araujo se pierde en los movimientos por sus características, muy lejanas a las de un ‘9’. Una asignatura más que resolver para Paco Herrera en un parón necesario para matizar ideas.
