La UD recupera su identidad

De la mano de Quique Setién y especialmente el pasado sábado en Valencia, el equipo amarillo parece acercarse a los valores por los que siempre se caracterizó Las Palmas en el terreno de juego: fútbol de toque, vistoso, admirado por aficiones rivales y plagado de jugadores canarios en el once.

«Hacía muchos años que no veía jugar así a la UD». Probablemente esa frase no la haya dicho ninguna figura relevante en cuanto al Club se refiere, pero tal vez la frase más repetida por los aficionados amarillos junto a comentarios valorando que Las Palmas tenía que haber ganado en Mestalla.

Una exhibición en un gran escenario. El feudo valencianista fue testigo de una versión cercana a las características que históricamente se ha asociado al fútbol canario. Toque de balón, marear al rival con un ritmo desesperante que sólo era parado por numerosas faltas -hasta 22 fueron sancionadas al equipo che durante el partido-, y un fútbol atractivo, con personalidad e identidad propia que no dudaron en reconocer los aficionados locales, a los que incluso se pudo ver en algunas fases del partido comentar algo como «tocan, tocan y tocan».

Y no fue para menos. Quique Setién parece haber caído como anillo al dedo en un club plagado de jugadores canarios en su vuelta a la élite del fútbol nacional, un escenario idóneo para volver a la idiosincrasia del fútbol canario, ese del que tan bien hablan los más antiguos del lugar y que las más jóvenes generaciones no han conocido.

Muchos entrenadores lo intentaron por el camino. Paco Jémez se acercó, pero los errores defensivos y las lesiones de jugadores clave le condenaron a no tener continuidad en la propuesta. Años atrás también se pueden rescatar otras exhibiciones como el 0-3 en San Mamés, que acabó ovacionando en pie a los amarillos tras el gol de Josico que cerraba el marcador, aunque no se había realizado con un fútbol históricamente asociado al equipo amarillo.

Mayoría de futbolistas de la tierra

En la actualidad, Setién cuenta con un grupo de jugadores a los que está haciendo sacar su versión más pelotera, con Jonathan Viera como máximo exponente sin olvidarse que en el banquillo cuenta con uno de los jugadores que más representan la identidad del futbolista canario: Juan Carlos Valerón.

El técnico cántabro está dando continuidad a un once formado por como mínimo 7 jugadores canarios y donde además suele acompañarles un futbolista argentino. Casualmente, una de las épocas que con más orgullo recuerdan los aficionados amarillos contaban con un once que solían formar ocho canarios y tres argentinos, uno de ellos delantero, como en la actualidad.

De lograr la continuidad deseada con la actual propuesta futbolística que ya se vio ante la Real Sociedad y especialmente contra el Valencia, Las Palmas estará más cerca de no sólo lograr el objetivo de permanecer en la élite del fútbol nacional, sino de recuperar su vieja identidad, la que antaño maravillaba a toda España. Una UD que enamoraba con su fútbol plagada de jugadores de la tierra.











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