Aún a riesgo de parecer oportunista, llevo barruntando este idea desde hace un par de semanas. Pero una sentencia de este calibre, a pesar de que en la mente de un subjetivo aficionado amarillo no resultaría tan extraña, sí se merecía al menos una cierta confirmación en forma de resultado positivo en Riazor.
Por causas ajenas a mi voluntad, no pude ver el partido en directo. Así que, cuando tuve constancia del gol de Lucas Pérez que ponía por delante a los gallegos (1-0), me acordé de este esbozo mental y sentí alivio al no haberlo escrito. Sin embargo, la remontada, en los siguientes minutos, significaron el impulso definitivo que me llevó a invertir los primeros minutos libres de esta semana a escribir estas líneas que hoy comparto con ustedes.
Antes de ponerme al lío, he confirmado con algunos amigos -amarillos todos, por supuesto- mi teoría de que la Unión Deportiva Las Palmas es el mejor equipo del mundo. Al menos, que lo es en estos momentos. Sí, bueno… para la mayoría de nosotros, ustedes y yo, esta afirmación la venimos haciendo desde que tenemos uso de razón independientemente del resultado, plantel o categoría, pero quería armarme de razones categóricas para poder escribir algo medianamente serio.
Hay dos elementos que me permitieron terminar de construir esta teoría. Ambos los encontré en Twitter a comienzos de semana. El primero de ellos, escrito por el guardameta amarillo, Raúl Lizoain. La mañana del pasado lunes, escribía lo siguiente: «Hoy partido importante para seguir en la mejor liga del mundo».
El segundo, firmado por el reconocido periodista y columnista británico, Sid Lowe: «Las Palmas: just like watching Brazil» (cuya traducción, algo libre y tendenciosa al caso por mi parte, sería «ver a Las Palmas es como ver a Brasil»).
Sí, la mejor liga del mundo. La mejor competición futbolística nacional del planeta a nivel de clubes… No lo digo yo, ni lo digo ahora que estamos en ella. Se le considera así desde que nuestro club deambulaba, fuera de sitio, por campos de infaustos recuerdos por media España. Así que Raúl no andaba desencaminado.
A continuación, eché un vistazo a la tabla clasificatoria de esta, la mejor competición nacional del mundo, de arriba a abajo, y me costó ver un equipo que jugara mejor al fútbol que el nuestro. El Barcelona y el Madrid, habituales de estas lides, no atraviesan ni de lejos su mejor momento de juego. ¿Atleti? Como le diría Setién a Simeone, «enhorabuena, pero no me gusta mucho».
Sigo bajando… y lo más parecido que encuentro es el Celta y el Villarreal. Mis respetos para ellos. Sigo hacia la segunda mitad de tabla, y más abajo, haciendo un ejercicio de civismo y objetividad, no termino de ver a nadie que nos supere. Ya no solo en resultados, no. Hablo de juego. Como señala Sid Lowe.
Así que, tirando yo de silogismos, pensé: si la Unión Deportiva Las Palmas es el equipo que mejor juega al fútbol en España, y la española es la mejor liga del mundo… ¿podemos concluir que el nuestro es el club que mejor juega al balompié en todo el mundo? Y, siendo todo lo más objetivo que me permite este orgullo que me desborda, y que me hincha el pecho, la respuesta es… ¿y por qué no?
El mejor equipo del mundo. Sí. Suena muy bien. Y como llevo tantos años y tantos sueños malogrados esperando poder decir algo como esto, yo, me permito el lujo de proclamarlo a los cuatro vientos en esta tribuna que me lo permite. Yo voy a disfrutar de este momento, a agarrarlo bien fuerte, como si no hubiera mañana, como un niño en el día de Reyes. Como si me lo fueran a arrebatar en el momento en el que levantara la vista.
Y, aunque no soy nadie para dar consejos o recomendaciones, les animo a todos que hagan lo mismo. Que no empiecen a pensar en el mañana, en si tal o cual jugador estará en la plantilla, en renovaciones, en futuros fichajes, en fin, en qué pasará a la vuelta de la esquina… Disfruten. Solo eso.
por Miguel Díaz (@DiazMartinM)
