La victoria en Valencia dejó a las claras que con Quique Setién al mando la esencia del juego será la misma, una idea inamovible. El Valencia sometió por momentos a un equipo amarillo al que trató de desconectar de Jonathan Viera. Pero no fue suficiente.
Ya lo avisó Setién durante la pretemporada: «la idea es innegociable», a lo que añadía: «lo único que puedo prometer es que el equipo va a jugar bien». Y así lo cumplió en el primer partido disputado, más allá del rival o el escenario. Pese a que el Valencia empujó y arrinconó por momentos a la UD en área propia, el equipo amarillo nunca perdió su esencia.
Pako Ayestarán había tomado buena nota para maniatar al conjunto canario: había que negar a Jonathan Viera el balón. Y lo consiguieron por muchos momentos. Pero a esta UD actual o le mantienes los nudos de las ataduras bien apretados todo el partido o cualquier despiste pasará factura.
Así lo demostró la jugada que precede al penalti del segundo tanto amarillo. En minuto y medio los amarillos realizaron 23 pases donde el único que no participó fue Marko Livaja, quien era el destinatario del primer centro y al que no llegó por muy poco. 23 pases, una idea y una jugada que acabaría poco después en el gol de Jonathan Viera de penalti.
A poco que el Valencia dejara de presionar durante más de 5 segundos, peligro automático. También de jugada elaborada nace el primer tanto de Livaja o el estreno goleador de Kevin-Prince Boateng. El conjunto de Ayestarán dio casi 200 pases más durante el partido que los amarillos, pero los pocos ratos de respiro que se dieron fueron aprovechados con contundencia por una UD que, como afirmó Jonathan Viera tras el encuentro, «el equipo no cambió la idea, fue fiel a su estilo».
Vea el VÍDEO:
Esto, gente, es la UD Las Palmas. Un minuto y medio de toque donde todos participan y acaba en penalti a favor. pic.twitter.com/52fAOr9QKi
— Gerardo Mayor M. (@GerardoMayor) August 23, 2016
