El pasado domingo Prince Boateng anotó en El Madrigal uno de los mejores goles en la era moderna de la UD Las Palmas, en una jugada colectiva sólo comparable al gol logrado por Josico en San Mamés en octubre del año 2000.

La UD Las Palmas ha anotado muchos goles en su historia de bella factura o de connotaciones históricas por lo que suponían en su momento. Pero lejos de los que dejan poso a nivel sentimental, hay otros goles que maravillan a propios y extraños por su ejecución, de los que perduran en la memoria de generaciones y simbolizan tal vez algo más que un simple gol.

Algo así pasó este domingo en El Madrigal. El gol no sirvió de nada a nivel clasificatorio, ya que finalmente la UD perdió el partido, pero es el gol que representa a una generación. El gol define a la perfección al actual equipo de Quique Setién: técnico, talentoso, vistoso, preciosista y con dosis de magia. Una gran jugada elaborada durante más de un minuto en el que participan todos y ponen el broche dos magos y un príncipe.

El tanto no se tradujo en puntos para el equipo amarillo, aunque sí dio la vuelta al mundo y volvió a situar en el mapa futbolístico a la UD Las Palmas. La primera vaselina de Viera, la genialidad de Tana para asistir y el imponente remate de Prince Boateng. Una obra de arte a la altura de unos pocos elegidos y que aparece cada cierta cantidad de años.

Para encontrar un gol de significado parecido hay que remontarse hasta octubre del año 2000, en el viejo estadio de San Mamés. La UD Las Palmas visitaba ‘La Catedral’ para medirse al Athletic después de muchos años y logró su primera victoria de la temporada fuera de casa con una exhibición de fútbol a la que puso rúbrica el gol de Josico. Allí participaron Baiano, Orlando Suárez, Jorge Larena y Edu Alonso, que puso fin al rondo con un centro medido a la cabeza de Josico que con su cabezazo convirtió en obra de arte la gran jugada colectiva.

En San Mamés fue un rondo de siete pases y un remate de ensueño para hacer el 0-3 y levantar de sus asientos a los aficionados del Athletic, que reconocieron así el gran juego y genial gol del equipo amarillo. Por su parte en El Madrigal es una jugada más larga donde participan nueve jugadores y el balón acaba en la portería tras 20 pases y unos tres últimos toques de auténtica genialidad.

Quién sabe cuánto habrá que esperar para volver a ver un gol en la UD de semejante belleza. Lo cierto es que probablemente los aficionados amarillos durante la década pasada recordarán con especial admiración el gol de Josico en San Mamés, como lo harán los de esta década el que firmó Kevin-Prince Boateng el pasado domingo en El Madrigal.

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