Lázaro, levántate y anda

Se volvió a cumplir la profecía. La UD Las Palmas visitaba a un rival necesitado de puntos, que no ganaba desde noviembre, donde su técnico no conocía la victoria desde su llegada al banquillo… Hasta que llegó el equipo amarillo. Hubo ocasiones para incluso ganar el partido, pero los de Setién se han ganado por méritos propios el apodo de ‘resucitamuertos’.

Se acabó el sueño europeo. Las matemáticas dicen lo contrario pero las sensaciones que deja el equipo amarillo sobre el césped hacen pensar únicamente en sellar la permanencia y evitarse sustos a última hora, unos sustos que ya tuvo la UD en la temporada del descenso con Fernando Vázquez, que también tuvo el Eibar hace dos temporadas cuando pasó de puestos europeos a no descender por la descalificación del Elche.

Lo de la UD esta temporada es digno de estudio científico. Ganó como visitante el primer partido de la temporada y no ha vuelto a hacerlo, a lo que hay que sumar el gafe andaluz. Desde el ascenso, ocho visitas y ni un sólo punto. Este hecho se ve agravado especialmente esta temporada. Real Betis, Granada y Málaga recibían a Las Palmas en dinámicas horrorosas, sin saber cómo ganar un partido y casi rogando puntos. Y en estas tres situaciones, lejos de aprovechar las dudas del rival, los amarillos han dejado tres partidos para el olvido de todos menos de sus rivales, que todos cogen aire a costa de los de Setién.

La situación actual de la UD requiere un análisis casi más allá del propio partido en La Rosaleda, porque se vieron cosas que ya se han visto esta temporada, se repitió la película. A los amarillos les han tomado la matrícula y ya se estanca con facilidad. El Málaga sólo necesitó 45 minutos de presión alta para desactivar la sala de máquinas y esperar algún error atrás. La fórmula no falla, como ya se demostró en el Villamarín o Los Cármenes. Tampoco falló en la Costa del Sol.

Lo cierto es que los rivales están necesitando muy poco en ataque para hacer goles a Las Palmas. El de Fornals llega con suerte pero con la colaboración de Javi Varas; el segundo con dos pases que destapan un enorme agujero en la banda izquierda -como ya hizo el Sevilla aunque esta vez el origen fuera diferente-. Y arriba parecen haberse apagado las luces. Prince sufrió ante un central lento pero muy experimentado como Demichelis; Jesé sigue obcecado en una guerra contra sí mismo y contra el mundo; Halilovic todavía es intermitente; Viera genera pero está mucho mejor tapado por los rivales… Y así, pasan los partidos y la UD que hace tres semanas soñaba con Europa, hoy teme estar incluso complicándose la permanencia ante lo que viene, que es un tramo muy sinuoso: Real Sociedad y Real Madrid en el horizonte inmediato. Al menos ante estos equipos algo está asegurado, Las Palmas no podrá mencionar su frase de moda esta temporada: «Lázaro -o Málaga, Betis, Granada o el rival necesitado de turno-, levántate y anda».

Sin alma y sin excusas (2-1)











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