Los malos registros en la segunda vuelta del equipo amarillo han supuesto que se dispare la cifra de goles encajados. Con 71 y a falta de un partido, el equipo de Quique Setién suma la tercera temporada de más goles recibidos de las 33 que ha militado en Primera División.
La segunda vuelta de la UD Las Palmas, especialmente en el tramo final de campaña, ha tenido un denominador común con contadas excepciones en el equipo amarillo: lluvia de goles encajados. En total y a falta del partido de Riazor, los de Setién han encajado 71 goles, situándose así como el tercer conjunto de LaLiga más goleado, superando ya al descendido Sporting (70), sólo por delante de Granada (80) y Osasuna (89).
La cifra de 71 goles suponen también la tercera peor marca de los amarillos en Primera División. En 33 temporadas en la máxima categoría del fútbol nacional, sólo el año del debut en Primera (51-52) y en la 59-60 encajó más goles que en la actual campaña. Por aquel entonces, recibió 85 y 77 goles respectivamente en una liga que se disputaba a 30 partidos.
Los malos registros de la presente temporada se explican en un muy mal último tercio del campeonato. En la segunda vuelta, a falta todavía de un partido, los de Setién han encajado 41 goles, siendo el segundo equipo más goleado de la segunda mitad de liga sólo superado por Osasuna con 47 tantos. En total, los 71 goles encajados a estas alturas del campeonato suponen casi una media de dos por partido.
Muchas han sido las causas de tantos goles recibidos, y ni la rotación en la portería, los cambios en el centro de la zaga o los múltiples intentos de revertir la situación fuera de casa han logrado frenar la racha de goles. Lejos de Gran Canaria en la segunda vuelta se han encajado 25 goles, mientras que los registros como local se han visto empañados en las visitas del Atlético de Madrid y Barcelona, donde se encajaron nueve de los 16 goles de la segunda vuelta.
De esta forma, la fragilidad defensiva de la UD se convierte en uno de los principales puntos a corregir en la próxima temporada. Los registros en ataque han terminado siendo buenos y por momentos fueron hasta brillantes, pero la facilidad para encajar goles ha enterrado muchas de las opciones amarillas por acabar con más puntos en la tabla.
