Menudos amarillos…

yo
Jonás Oliva, periodista y director de Área.net

Esta semana he tenido la oportunidad de retroceder en el tiempo y volver a sentarme en un pupitre, casi en miniatura, rodeado de cuadernos, libros y lápices y gomas desgastadas… Con motivo del programa Área.net y para documentar la entrevista del Conoce a… he visitado a los niños de cuarto curso del colegio Príncipe de Asturias, en Telde. Quería que me hablaran de aquella maestra que unos años atrás les había enseñado a leer, escribir, sumar, restar… y les había acercado, por primera vez, a la Unión Deportiva Las Palmas. Verónica.

No pude evitar emocionarme al ver la reacción de los pequeños y la feliz predisposición a colaborar en mi causa. A todos, sin excepción, se les iluminó una inmensa sonrisa en la cara, una sonrisa de ilusión, de amor, de agradecimiento… de añoranza. Otros no sabían como contener la emoción que les desbordaba y esperaban inquietos en la silla el momento de intervenir ante el micrófono.

Se frotaban las manos, perdían la mirada por fuera de la ventana, comentaban con el compañero de al lado alguna anécdota especial. Y llegado su turno, a alguno le resultó imposible articular palabra para expresar sus sentimientos. Normal, no es fácil encorsetar en unas frases tanto cariño. También vi más de una lágrima y pupilas inundadas de recuerdos. Bonitos recuerdos que, además de la profesora en cuestión, tenían en común la Unión Deportiva Las Palmas.

Porque la Unión Deportiva supuso, y supone, un fuerte vínculo afectivo entre maestra y alumnos, pese a no coincidir ya en el mismo centro, pese a las distancias y el paso de los años. Uno a uno me relatan entre suspiros cuanto aprendieron con Verónica, cuanto la extrañan y cuanto piensan todavía en ella. Sonríen y me explican el día que les llevó de excursión a una sesión de entrenamiento para conocer a los jugadores del primer equipo; cuando les regaló pósters de la plantilla, pins con el escudo; que sorteaba entradas para un partido de los amarillos en el Estadio de Gran Canaria entre quienes trabajaran correctamente durante la semana. Y que ella misma se hacía responsable de llevarles si sus padres no podían, por cualquier motivo. “Ese fue el momento más feliz de mi vida” comenta Ana.

De pronto, olvidan la responsabilidad y las nuevas conductas exigidas en cuarto curso y se lanzan a entonar el “oe amarillo oe oe” y el “Pío Pío”, como les enseñó también Verónica. Cánticos con los que celebraban un buen día de clase y de buenos resultados. Y aplauden satisfechos y felices, muy felices de recordar a aquella maestra que marcaría sus vidas para siempre. Así les dejo, comentando entre ellos más momentos especiales, de un lado para otro del aula.

Ya en el presente, en el camino de regreso a casa y pasadas algunas horas desde mi encuentro con los niños, permanece en mí también una inmensa sonrisa. Me la han contagiado. Y pienso que quizá en un futuro volvamos a reencontrarnos, quien sabe si en un partido de la Unión Deportiva, y por ese toque mágico que tiene la vida, por casualidad, alguno de estos chicos vuelva a contarme, de adulto, cómo comenzó su pasión por Las Palmas. Y viajen en el tiempo, hasta el colegio Príncipe de Asturias, hasta el primer curso…

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Jonás Oliva es periodista y director del programa de udlaspalmas.net en la radio, Área.net.











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