
Este martes, el Cabildo de Gran Canaria realizó «un acto simbólico» donde se han abonado a la Unión Deportiva Las Palmas para «estimular al conjunto de la afición para que se abone a nuestro equipo representativo de fútbol», que tendrá el «apoyo económico y moral que necesiten», explicó José Miguel Bravo de Laguna.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria dejó claro que aunque «las condiciones económicas no permiten grandes alegrías», este acto también sirve para debatir sobre el proyecto «ambicioso que tiene el club y que el Cabildo tiene en cuenta». De hecho, la intención del Cabildo es «empezar a dar pasos en la dirección de completar una instalación inacabada, donde hay carencias y cosas que terminar».
Para ello, habrá que ir «paso a paso» para así «cumplir las promesas electorales» que hicieron en su día. De todas formas, en este acto quiso «manifestar nuestra voluntad» de apoyar a la Unión Deportiva Las Palmas, algo que «los anteriores ni siquiera hicieron en dar un paso» para ayudar al representativo.

Cuestionado por el gasto económico que conllevará terminar las torres, el presidente del Cabildo de Gran Canaria prefirió no mojarse en demasía porque «todavía estamos en fase de elaborar números», aunque «se estima que estamos hablando de un millón de euros para el próximo ejercicio».
Por último, destacó que la «obra no es para la UD Las Palmas» pero «tiene que ser coordinado entre el Cabildo y la UD Las Palmas» aunque la realidad dice que «no podemos asumir todo el conjunto por lo que no se descarta participaciones privadas» ya que también se está hablando de un «contexto donde está el Mundobasket», entre otras cosas, como los accesos al recinto y el aparcamiento.
Por ello, «esta zona de Siete Palmas exige un tratamiento muy ambicioso y también muy poderoso en finanzas públicas». Tras el presidente del Cabildo, Miguel Ángel Ramírez aseguró que para este proyecto «sólo hay una dificultad técnicamente jurídica» para saber si se hace «a través de Las Palmas o por concurso público», para así «acabar con las deficiencias de un magnífico estadio» y convertirlo «en un campo de fútbol, y no multiusos», concluyó.