«¡Au!, ¡au!, Chrisantus, ¡au!»

Aficionados de la Unión Deportiva Las Palmas en Guadalajara / @CarlosS_R_G Twitter

Dos zarpazos y la elevación de una figura: la de Macauley Chrisantus, héroe, por lo menos, de los algo más de cien aficionados de la Unión Deportiva Las Palmas que se desplazaron hasta La Alcarria para animar al equipo de sus amores. La mayoría de ellos, jóvenes estudiantes residentes en Madrid que no desaprovecharon la cercanía de la plaza para no dejar abandonado a su equipo. Lejos de Gran Canaria, al representativo siempre le sigue su fiel afición. Pase lo que pase. A pesar de los treinta euros de la entrada.

En una tarde gélida retumbaron sobre el Pedro Escartín los cánticos de los animosos seguidores, confiados en vivir una victoria que significaría la consagración del despegue. Los goles cayeron por el bando local, pero los ánimos no desistieron. «Tranquilos, que en la segunda parte remontáis», espetó un aficionado alcarreño a varios  amarillos al descanso. La profecía se cumplió, y brotó la creatividad entre los jóvenes.

Como en la película «300» de Zack Snyder, la afición hizo suyo el grito de guerra de los espartanos. Con el segundo gol de Chrisantus y una celebración por todo lo alto, se elevó un cántico: la de los cien simpatizantes gritando «¡Au!, ¡au!, Chrisantus, ¡au!». A la batalla con todo. Quién sabe, quizá la afición amarilla ya tenga un grito para celebrar los tantos del nigeriano.

La afición amarilla, atenta al encuentro / @sergiovillar1 / Twitter

Al término del encuentro, Francis Suárez obligó al delantero nigeriano a abrazarse con la afición. Sabía que merecía ese baño de masas tras conseguir con sus tantos la remontada y la victoria. Los abrazos de los aficionados con Macauley se multiplicaron, mientras el resto de jugadores también celebraban con la seguidores la gesta. La afición una vez más no falló y volvió a demostrar que cuando existe unión nadie pone fronteras a la capacidad amarilla.











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