Equipo de Segunda con apariencia de Primera, por José MENDOZA

Las Palmas dio una lección de saber estar en el partido de vuelta contra el Rayo Vallecano. La eliminatoria copera es una especie de resumen de la temporada de los amarillos. Optimismo desbordado nada más empezar sin demasiados motivos, decepción posterior por no mostrar los argumentos y seriedad final que da la razón a la esperanza ‘loberista’. El reciclaje que ha llevado a cabo Las Palmas ha sido clave para entender la racha que le ha llevado del descenso a merodear el play-off en poco más de un mes.

Poco queda de aquel baile al Racing en la primera jornada en el que a Las Palmas le hubiera quedado bien vestir de azulgrana. Aunque, todo sea dicho, delante había un equipo más roto incluso que ahora, nos tuvimos que frotar los ojos para creerlo. Después, un par de meses que nos llevaron al descenso y una sabia reconstrucción a partir de la defensa. Ahí reside el mérito de Sergio Lobera. Sin renunciar a la idea de que a los jugadores no les queme la pelota, comprendió la difícil situación en la que se encontraba el equipo para potenciar el trabajo defensivo, claro cáncer hasta entonces. Daba igual mostrar otra imagen a la que se había vendido, tocaba dar unos pasos atrás para coger carrerilla. Y se hizo. Para muestra, un botón. Hasta la novena jornada, la última derrota ante el Castilla, veinte goles encajados. En los siguientes seis partidos de Liga y los dos de Copa ante el Rayo solo tres, y dos de ellos del Guadalajara, posiblemente el rival más débil a los que se midió Las Palmas en ese tramo.

Esa seriedad defensiva tiene dos nombres propios, uno es Murillo y el otro Deivid, pilares a partir de los que se puede construir no un edificio, sino un monumento en Segunda División. Con ellos se han ido enchufando David García y sobre todo Dani Castellano en la izquierda, y también Barbosa. El argentino parece un poco menos perdido en los últimos encuentros. Como si se hubiera dado cuenta de que el ascenso es factible y se quisiera reenganchar al proyecto. Arriba ya no están solos Thievy y Javi Guerrero, también aparece Vitolo. Falta por surgir la mejor versión de Nauzet Alemán y Momo, que no paran de sacrificarse y luchar, pero les falta un punto para llegar al sobresaliente. Están en el camino.

La buena dinámica ha hecho que no solo aficionados se vayan subiendo al barco, sino también jugadores. En Vallecas hasta Corrales y Pignol se lucieron en labores defensivas. No se notó la ausencia del káiser Murillo en defensa. Aunque por encima de todos destacó el despliegue de Hernán, un espectáculo en el mediocentro defensivo. Tiene todos los conceptos que exige la posición. Parece mentira que lleve un par de partidos en la élite. Fue el mejor dentro de una actuación colectiva de un equipo de Segunda con apariencia de Primera.











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