Soy un voyeur, un mirón, de esos que le gustan observar desde la distancia. Lo hago casi todas las semanas. Hablo de deporte. Navego en busca de las opiniones de otros usuarios de Internet. No hay pulsador de opinión más barato y cómodo. Normalmente me centro en los rivales de la UD, aunque también lo hago por rachas con otros equipos random y deportes —básicamente baloncesto—. Y la verdad que no se diferencian mucho los de los Knicks o Lakers con respecto a los de la UD y pongamos el Deportivo Atlético. Un equipo que me acabo de inventar.
Si el Deportivo Atlético está arriba todo son parabienes. Es normal. Los fallos son menos fallos y su metabolización no tarda mucho. Para qué entretenerse con el bombillo fundido de la entrada si la puesta de Sol es maravillosa. Pero amigo, cuando la cosa va mal… cuando no hay un maravilloso ocaso que contemplar, esa puñetera avería molesta… En cada foro de equipos mal clasificados de este mundo binario existirán varios culpables, llámese jugadores, entrenador, directiva. Porque Kobe se tira hasta las zapatillas de Nicholson y Pau es Gasoft. Porque D’Antoni no tiene ni idea de cómo llevar el equipo y Kupchak no tiene sabe fichar mientras Buss se rasca el ombligo y mira para otro lado cuando todo el mundo sabe que Tío Phil era la opción. Tras el último encuentro de la UD, pasearse por el foro del último rival era ver un espejo del nuestro de hace dos meses. Aquel jugador rojiblanco el cual me había agradado su actuación el pasado fin de semana, no había realizado para sus seguidores —en general— un aceptable encuentro.
Obviamente no sabré yo más que tantos opinantes. Porque en mi caso estoy en esta época de levedad futbolística donde kraken vale como animal de compañía. Aunque vale la pena parase y hacer un ejercicio de empatía. Cómo vería este empate si Maky no marca ante el Racing y si tampoco lo hubiera hecho dos veces ante el Guadalajara. Cómo me sentiría ahora en caso de que la Ponferradina hubiera empatado en su único disparo a portería en el minuto 114, igual no duró tanto el partido pero a mi pareció eso. Y si Barbosa no saca aquellas manos al final ante el Xerez y Rochella acierta en los primeros minutos la jornada pasada, seguiría dando por bueno este último punto cosechado o sentiría que el Sporting pasó por arriba de la UD sin apenas juego, tan solo con arreones. ¿Estaría escribiendo que en ningún momento, salvo al final, se vio a los amarillos dominantes? Que fue llegar una vez y besar el santo ¿Un empate y gracias o un gran empate? Porque al fin al cabo estamos hablando de centímetros la diferencia entre la levedad de ahora y la pesadez de antes. ¿Puede ser que por producto de esta levedad dé por buenísimo este punto? ¿Veo una princesa cuando en realidad se trata de Ella-Laraña?
Claro que son muchos ‘si’. Quizá los mismos de la primeras jornadas. Si Vitolo hubiera acertado en los últimos minutos la que tuvo ante el Lugo. Si se marcan las ocasiones marradas ante el Almería. Si el tiro de Chrisantus hubiera ido para adentro y no contra la madera ante el Barça B. Si no hubiera habido aquel(los) maldito(s) penalti(s) del Villareal. Si el Castilla no marca el 3-2 al segundo de empatar la UD. Y es que básicamente estaríamos hablando de la misma moneda y de los mismos centímetros que separan aquella pesadez de esta levedad.
En definitiva, si fuera capaz de abstraer el resultado cuando entro a valorar un partido, ¿opinaría lo mismo? ¿estaría equivocado? ¿Acertaría el vencedor si no viera los goles? Porque sinceramente creo que hubiera dicho que el pasado encuentro Las Palmas lo perdió. Y no solo no lo hizo, sino que creo que se trata de un tanteo positivo. Lo que me lleva a pensar ¿Puedo aislar mi valoración de los partidos respecto a las dinámicas en los que se disputan? Porque en caso de no haber cosechado tantos puntos las últimas jornadas, el mismo partido me dejaría un regusto distinto. ¿Me doy cuenta de lo ventajista que soy? Este empate ahora lo siento como “la UD sabe competir” y hace dos meses lo hubiera visto como “el cuento de nunca acabar”. ¿Estoy errando ahora? ¿Y antes? ¿Cuánto influye en mi discutible objetividad lo anecdótico y lo coyuntural? Yo te maldigo ejercicio de empatía.
Sin embargo esto es fútbol y al final la diferencia entre la pesadez y la levedad está en unos centímetros, los que separaron la bota de Juan Pablo y el palo. El hueco donde Vitolo supo colar la pelota. Espacio por el que se mueve la UD desde hace semanas.
Epílogo
Entre tanto soliloquio miró las tendencias, la matemática, los goles, los puntos que por suerte o por maldición son la vara de medir de este deporte.
Clasificación de la últimas 12 jornadas
Clasificación de la últimas 9 jornadas
Clasificación de la últimas 6 jornadas
por Néstor Cebrián
@NestorCebrian
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