La Unión Deportiva dibuja una escalada hacia la Primera División dejando a su paso una huella de un solo trazo. La que marca la motocicleta que cada domingo a domingo no se cansa de dejar boquiabiertos a todos los que ven una flecha francesa de look indescriptible y que, aunque a veces aturullado, imprime la diferencia que necesita un equipo que ambiciona cotas tan elevadas. Thievy Bifouma sigue siendo decisivo en el tramo más importante de la temporada, al igual que lo ha sido desde que aterrizó. No sufre bajones físicos, no cesa su presión, marca goles y los regala. Su tanto en Sabadell pone la rúbrica a una racha de tres partidos victoriosos en los que en todos ha sido fundamental su derroche.
Su versatilidad es tal que ha sabido adaptarse a todas las parejas con las que le ha tocado compartir delantera. La dupla con Javi Guerrero en aquella célebre racha de catorce partidos sin perder supuso una combinación de clase y velocidad; de veteranía e insultante juventud. Con Chrisantus sabe compenetrarse de tal forma que se buscan y no ocupan los mismos espacios, tarea peliaguda para dos jugadores tan inexpertos. Junto a Tato demostró en la Nova Creu Alta que entiende las capacidades de todos, como ilustra el primer gol del partido en el que Thievy sale en carrera previendo una prolongación del murciano para luego devolverle el balón en boca de gol. Incluso cuando le ha tocado fajarse en solitario, como en la segunda mitad en Almería, su despliegue incansable permite oxigenar a un equipo encerrado, permitiendo su galopada en el minuto 92 sumar tres puntos vitales. Detalles impagables.
Por eso, para culminar esta ascensión hacia el segundo puesto (debe ser ya el objetivo indiscutible una vez afianzados en el playoff y teniendo tanto Girona como Alcorcón un final de temporada más exigente), el turbo del motor de Thievy debe seguir carburando. Su gasolina es la esperanza que tiene de jugar en Primera desde que aterrizó en España siendo un adolescente, ilusión palpable tras demostrar que la categoría de plata se le queda pequeña. Dentro del margen de mejoría que marcan sus 20 años, mucho camino tiene recorrido tras haber madurado en la Isla. Ahora, el aliento de un Estadio de Gran Canaria repleto debe ser su otra vitamina. Ante el Guadalajara nadie sabe lo que va a suceder. La única certeza es que una gacela recorrerá el césped en busca de su próxima presa.
por Carlos Torrent
@ctorrent
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