Un anacronismo en Huesca, por Néstor CEBRIÁN



Imagina una jornada, el conjunto que marca el ascenso tras ver el camino expedito pierde en casa ante el primer descendido de la categoría. El otro club que acabar de ganar tan solo te sacaba un punto al empezar la jornada y la semana que viene recibe a un líder con su segunda bola de ascenso. Los últimos dos de los equipos que quedan por encima tuya juegan entre ellos. Imagina ese cuadro. Ahora añádele la primera persona, tú, juegas en casa del antepenúltimo. Al fondo la posibilidad de colocarse a tres puntos del ascenso directo. ¿Qué esperarías ver? ¿Cómo saldrías?

Uno pensaría algo así como Van Dame vs John McClain vs Mel Gibson borracho vs Donald Rumsfeld vs el ejército del millón de hombre de Jerjes vs Chuck Norris.  Pero no. Como tampoco resultó ser la perfección narrativa del Padrino o la ensoñación preciosista de Big Fish. Se asemejó a un peli japonesa que no terminar de arrancar y que no va a ningún lado en un cine que a 10 minutos del final se le va la luz. Y lo peor es que te da igual. Porque el final no iba a salvar la cinta.

El partido en Huesca dio la sensación de ser alguno del final de la temporada pasada, o uno de la novena jornada de este curso balompédico. La cuestión es que era el trigésimo octavo, a cuatro de cerrar el año con objetivos vigentes en ambos por los que luchar. No se palpaba el hambre en ninguno de los dos lados y vaya si eran dos equipos que debieran tenerla. Se podía pensar que Las Palmas se aprovecharía de una esperable frustración de su rival, del nerviosismo de verse a un paso del abismo. Pero es que los oscenses fueron tan planos en el plano pasional como los amarillos. Dos equipos sin demasiada alma que deben recuperarla para lograr sus objetivos.


Thievy tuvo su ocasión de rigor del minuto 86, a su estilo bricomaníaco, construyéndosela él mismo.  Fue a la ferretería a buscar las tablas, las tachas, el metro, la sierra pero al final se dejó el martillo atrás. Poquísimo equipaje para tan largo viaje. Es verdad que a partir del minuto 70 la UD, con la entrada de Momo, el equipo buscó la portería rival y empezaba a hacer daño. Pero la película se quedó sin presupuesto y se quedó en nada.

Las Palmas lleva unas semanas de desconexión. Desde Guadalajara. Mal momento. Sin tele y sin cerveza Jack ha perdido su cabeza y empuña su hacha. Es cierto que estamos dónde queríamos estar al principio de la temporada. Pero no jugando cómo quisiéramos hacerlo. Se nota cierta jibarización en el juego, el contraataque es la mejor arma del equipo, pero últimamente parece la única. La intensidad defensiva ha bajado y la colocación para salir a la contra no parece la apropiada. Se juega en largo pero no profundo. Se apresura el juego para buscar el enorme recurso de Thievy y Vitolo se puede agotar de tanto usarlo, como un jamón serrano en navidad. Cuatro jornadas para recuperar el norte, la pelota, el juego.  David González y Javi Guerrero pueden ser los invitados a la barbacoa que traigan las pastillas que encienden del carbón.

[box size=»large»]nrobaina_200por Néstor Cebrián
twiter_25@NestorCebrian
Más artículos de Néstor Cebrián
[/box]