Sergio Villar es un joven grancanario de 21 años y estudiante de periodismo cuya historia de amor por el equipo de su tierra traspasa fronteras hasta el punto de ser un habitual integrante del núcleo de aficionados amarillos presentes en los campos de toda España. Cree decididamente que este «es el año».
Sergio está cerca de concluir su segundo curso fuera de la isla y nos comenta cómo ha sido su relación con la Unión Deportiva desde su marcha. Vive junto a su amigo y compañero de afición, Sergio Cayuela, y juntos han emprendido múltiples viajes alrededor de la Península Ibérica con un único propósito: estar junto a su equipo en sus desplazamientos.
La historia que le une al club insular viene de lejos: «Soy aficionado de Las Palmas desde que mi mente recuerda. Siempre me acuerdo de los momentos vividos en el Insular, sobre todo el olor a calamar. El día del partido del 4-2 al Madrid estuve en el Estadio y fue increíble», nos explica.
Representando el amarillo por toda la geografía española
Valdebebas, Guadalajara, Ponferrada y Córdoba han sido los desplazamientos que han realizado esta temporada con la compañía de sus amigos Gerardo, Pablo y Martín. «Habíamos pensado ir a Huesca el pasado fin de semana pero por motivos económicos no ha sido posible. Somos estudiantes y no podemos ir a todos los partidos», explica Sergio. Sin embargo, sí afirma que acudirán a Miranda de Ebro y que si el equipo tiene opciones de ascenso directo en Murcia acudiría a una cita que según cuenta «no se perdería por nada en el mundo».
Recuerda con cariño la remontada que realizó el equipo en el partido ante el Guadalajara en el Pedro Escartín. «Perdíamos 2-1 y entonces apareció Chrisantus para dar la vuelta al marcador. Muchos aficionados corrieron a abrazarle», dice entre risas.
Cuestionado sobre cómo se viven esos partidos relata que «el ambiente es distinto cuando ves jugar al equipo fuera de casa. Es un modo de acercarte más a ellos ya que hay menos aficionados de los nuestros y quedamos más en familia. Es curioso como te miran por las calles al ver a un grupo con camisetas amarillas», apunta. Se sincera también comentando que «cuando el equipo pierde la vuelta a casa resulta un tedio».
Dificultades provocadas por la distancia
Sergio describe que su situación es similar a la de la mayoría de los aficionados a Las Palmas que viven lejos de las islas respecto a la dificultad de seguir todos los partidos del equipo. «Uno lo lleva como puede pero es difícil. No podemos ir a todos los partidos de la península y para los partidos de casa intentamos encontrar algún streaming de Internet y escuchamos la radio aunque es un fastidio no poder verlo», confiesa.
Como estudiante de periodismo y aficionado a la Unión Deportiva, desea dedicarse en un futuro a trabajar comunicando sobre aquello que más le gusta: «Sería un sueño trabajar en algo similar pero creo que hay gente muy buena por delante y yo aún tengo que acabar mis estudios e ir poco a poco», matiza.
El ascenso es posible
Se muestra ilusionado de cara a las posibilidades de ascenso y opina que «este año contamos con una flor que hace que ganemos partidos en los últimos minutos. Eso otros años no ocurría», esgrime. No obstante, es algo más pesimista respecto a la continuidad del proyecto si no se asciende esta campaña: «Si no es este año, tendremos que esperar mucho para vivir algo similar. Jugadores como Thievy o Murillo no llegan todos los años y el privilegio de contar con ellos no lo tendremos más. Lo mismo ocurrirá con Vitolo si no ascendemos», desliza.
Además, detalla la importancia de los hombres que conforman el vestuario esta temporada. «Creo que tenemos la mejor plantilla de los últimos años. Han pasado por aquí jugadores como Cejudo, Rondón, Guayre o Viera pero como bloque esta temporada somos de los mejores de Segunda», sostiene.
No le preocupa cómo será el utópico gol que certifique el ascenso pero sí que dice tener una ‘espinita’ clavada. «Si el gol vale el ascenso me da igual cómo se anote pero sí que me gustaría ver a Nauzet Alemán marcando un gol de falta directa», desvela en la conversación con este medio.
Por último, deja una promesa a cumplir en caso de que Las Palmas juegue el próximo año en Primera División: «Me atrevería a pasar por la peluquería y teñirme el pelo de color amarillo. Ya lo hice en el último ascenso a Primera y volvería a repetir sin dudar», admite con optimismo.
