Lo reconozco este viernes tuve una crisis de fe. Después de 41 jornadas. Habiendo jugado 3690 minutos. Aquí llega la puerta final de la liga que hay que abrir. Obviamente la UD no iba a ascender directo y así disfrutar desde la playa de este partido. Estaba claro no iba a tener asegurado la cosa que empieza por P a estas alturas. Lo normal, además, es que el último rival tuviera algo que jugarse. Un descenso, por ejemplo. Tras haber bajado una semana atrás y volver a subir, por cierto. Y cómo no, el rival clasificatorio para la cosa que empieza por P iba a “enfrentarse” contra un equipo hermanado salvado con comodidad y que le va a poner 2.000 asientos. ¿A cuánto dicen que están las cuotas de Bet365 para el partido? Pero bueno, así debía ser.
Albergaba, ilusoriamente, la esperanza de que el CEDD resolviera el caso a favor de la UD este viernes. Pero si eso ocurriera, esto no sería España, no tendríamos la que tendríamos encima, ni Las Palmas se jugaría una plaza en esa cosa que empieza por P. Pero esto es lo que es y Las Palmas pelea por lo que pelea. En este punto, reconozco algo más, le tengo envidia y admiración a los espiritistas de Juanito. En cuanto más grande tienen el muro, más carrerilla cogen para saltarlo. Y durante el caminillo se echan unas cañas y todo.
Así que siguiendo su modus operandi cojo carrerilla, lo cual me ayuda a mirar con retrospectiva. Y recordar el aroma que desprende la temporada. A ese más pa’lla que pa’ca pero al final, pa’ca. Como contra el Racing y cuando Chrisantus cogió la pelota, penalti y Momo, pa’ca. O frente al Murcia, después de haber tenido dos, Vitolo dijo, este tercero pa’ca. O en Almería, después de 45 minutos con uno menos llegó Murillo y pa’ca. Y como olvidarse de la Ponferradina, Cuando Thievy le dijo a Pando pa’lla, salió pa’ca y a Santamaría le entró la ansiedad… Los amarillos han tenido este año ese picotazo que tuvo un sobrepasado Alí a Foreman en el Zaire después de estar sufriendo todo el combate. Ha crecido junto a ese compañero de viaje que ha sido el saber sufrir. Esa seña que no se piensa marchar por ahora y ojalá esté quince días más con nosotros, por lo de esa cosa que empieza por P, claro.
Me lo evocó Miguel Hernández después del partido contra el Mirandés. ¿Recuerdan Lanzarote?
[box size=»large»]por Néstor Cebrián
@NestorCebrian
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