CONTRACRÓNICA | Empate y gracias. La Unión Deportiva rescató un punto en un partido en el que no fue capaz de tener el dominio del cuero ni mostrar una propuesta de juego clara. El gol del rival, otra vez, llegó en una jugada a balón parado, aspecto que Las Palmas lleva sin saber defender demasiado tiempo.
No existe creación de juego, no hay un cerebro en la maquinaria de la Unión Deportiva, no tiene el bloque un director de orquesta que organice el juego ofensivo del equipo. Como consecuencia de ello, Las Palmas no juega a nada. Y eso que Lobera trató de variar el sistema para proteger a Valerón en Mendizorroza. Jugó Javi Castellano junto a Vicente en un doble pivote que obligaba a modificar el 4-1-3-2, habitual estas últimas semanas, en un 4-2-3-1.

A pesar de ello, el problema no está en el sistema sino en la idea. Los balones no llegan a Valerón con claridad para que el mediapunta amarillo pueda dar el último pase sin necesidad de retrasar su posición para poder tener algún contacto con el esférico. La salida de balón desde atrás no es limpia en ningún momento. Javi Castellano y Vicente son jugadores sin la capacidad necesaria para distribuir por lo que el juego normalmente lo inician los centrales arriesgando en unos pases verticales cuyo destino suele ser el pie de un rival.
Lo normal en este caso es que sea el equipo contrario el que te domine y así ocurrió ante el Alavés. El equipo vasco tuvo el dominio del balón y de las ocasiones durante la mayor parte del encuentro, fundamentalmente en la primera mitad. El gol de Las Palmas llegó fruto de una jugada ensayada y el contexto del partido, basado en defender ese resultado, se dibujó sólo. A partir del tanto de Chrisantus, el equipo de Lobera se limitó a defender con dos líneas bien marcadas y esperando para salir al contraataque.
Como suele ser habitual en el fútbol, quien especula lo paga y los amarillos sucumbieron como mismo habían logrado adelantarse: a balón parado. Viguera dejó patente nuevamente las carencias del equipo para defender los lanzamientos de esquina y ya son cinco los puntos que ha perdido Las Palmas debido a ello en los dos partidos que ha disputado hasta ahora.
Podrán escudarse en que se logró un empate en un campo complicado, que el equipo supo defender durante gran parte del choque un resultado favorable y que el gol del empate llegó por un error individual. Pueden hacerlo porque así ocurrió, pero no se puede esconder que Las Palmas no propone y sigue viviendo a través de modelar su planteamiento en función a lo que haga el rival.