Noventa minutos que deberían durar 42 jornadas, por Néstor CEBRIÁN



OPINIÓN | Llegué unos minutos tarde a la retransmisión del partido y en la primera jugada un Atouba blanco con la camiseta del Sporting sacó de banda y la puso en el punto de penalti. No había visto 20 segundos y ya me entraron los calores, entonces pensé lo feliz que sería uno siendo aficionado a la ópera, la gorda siempre gana por aplastamiento. El Sporting es un equipo que juega a todo trapo, como si no existiera una segunda parte, muy valiente, pero extiende cheques que tarde o temprano el físico debe pagar. Eso sí, cada media oportunidad que generan, no dudan en pegarle a puerta. Esto hizo sufrir a Las Palmas en defensa que parece sentirse más cómoda asando a temperatura baja con su propio jugo. Entre tanta furia gijonesa un error mostraba aquello de que el fútbol es una como manta corta: si te tapas los pies te descubres la cabeza, y si te tapas la cabeza te descubres los pies. Los sportinguistas dejaron un hueco que aprovechó de cabeza Masoud  para dar un pase en profundidad y que Chrisantus galopará casi medio campo y metiera el primero. A pesar del continuo bombardeo de los asturianos se intuía que lo que Macky consiguió antes podría volver a ocurrir o al menos que podría llegar peligro por ahí. Y de nuevo apareció Masoud que se la dejó a Valerón quien, de cabeza, asistió a Chrisantus para lograr el segundo de la tarde.

Se dice que 0-2 tempranero es un resultado engañoso, ya lo quisieran todos los equipos visitantes, pero es verdad que con un gol de los locales se caldea el ambiente y lo que menos necesitaba Las Palmas era un Molinón más enchufado. Y pasó. Un impecable cabezazo del grancanario Mandi tras un una falta acercaban a los asturianos y con la pasión y el número de jugadores con el que llegaban los rojiblancos se intuía que la percepción del paso del tiempo se iba a ralentizar. Y al final de la primera parte Scepovic devolvía el empate al marcador. Preciosos, intensos, cambiantes y bipolares 45 minutos.

Durante la segunda parte los sportinguistas no pudieron mantener el nivel físico y poco a poco la UD fue marcando esa cadencia rítmica que se empezó a ver en Girona. Asdrúbal daba paso a Momo, lo que ayudó a potenciar el control amarillo de la pelota a través de la combinación. Así llegaría el tercero de Chrisantus a pase  de Masoud y con una perfecta definición del nigeriano con el que lograba su primer hat-trick en Las Palmas. Eso no pareció alterar el guión de Las Palmas la experiencia y calidad de los Valerón, Apoño, Masoud, Momo ayudaron a defender con pelota, porque en este fantástico deporte inventado hace 150 años puedes intentar adueñarte del arma con la que tu rival te puede herir. Y eso lograron los amarillos, las posibilidades de los rojiblancos se apagaban a medida que su físico menguaba, Montoro había venido a cobrar los cheques de la primera parte. Aunque, bien es cierto, que cualquier córner, centro, patadón, rebote o topo que asome la cabeza puede acabar en gol y con un delantero tan alto como Lekic esa opción siempre estará ahí.


El partido concluiría con 2-3 lo que dejaba paso a una sensación de haber visto uno de esos partidos que en Segunda no se ven muy a menudo porque se juegan de Primera. Y recordé que por esta alineación de planetas uno prefiere el fútbol a otros entretenimientos. El último encuentro de este estilo jugado  por los amarillos que yo recuerde fue aquel maravilloso UD – Betis con Jémez en el banquillo. Había, pues, una lógica alegría al finalizar el choque porque Las Palmas venció en un estadio histórico, ante una pasional afición con pedigrí, en un partido con calidad e intensidad, en el que dos buenos equipos hicieron méritos para ganar y que para los amarillos esos tres puntos sirven para pisar por primera vez puestos de promoción. Bonitas sensaciones a las que hay que sumar la vuelta de Chrisantus, el hombre de la sonrisa eterna, por la puerta grande, como cuando Vitolo volvió hace poco menos de un año ante el Córdoba con otro hat-trick y ya no se fue en toda la temporada. Ojalá ocurra algo similar con Macky.

[box size=»large»]nrobaina_200por Néstor Cebrián
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