OPINIÓN | Si Stephen King diseñara mi pesadilla más cruel con el CD Tenerife y Stanley Kubrick se dedicase a ilustrarla, lo tendrían muy fácil. Con sólo cambiar al par de gemelas de El Resplandor por dos ilustres jugadores blanquiazules como son Federico Lussenhof y Bruno Marioni lo clavaban.
El primero, por un tema estético. Siempre me pareció aterrador en el centro de la zaga o como incombustible devorador de balones en la medular. Colorado y con un temperamento irreprimible, su sola presencia provocaba pavor. El segundo, porque casi sentenció a la UD a abandonar la Primera División Española en su última estancia en la élite. Porque al calendario de la temporada 2001/2002 se le antojó dejar un derbi para la penúltima jornada. Porque Marioni se empeñó en buscar un balonazo para colarle una vaselina a un Orlando Quintana que había salido en falso. Porque aún está en las retinas de miles de aficionados del Las Palmas. Porque aún lo ves pasar como si fuera hoy. Y se repite.
En el último derbi UD y CD Tenerife se cambiaron los papeles. La paradoja estaba ahora en que los amarillos eran los que despedían a un club que llegaba descendido al último partido de la temporada en el Estadio de Gran Canaria. Un derbi sin la emoción de que alguno se jugase algo más que el honor , que ya es mucho más que nada, pero que resto brío a un choque apasionante.
Y el regreso del derbi llega en el momento más igualado de la temporada. Con un CD Tenerife que ha dejado atrás su nefasto arranque y ha enlazado una racha de siete partidos sin perder y con una UD, que de haber logrado la victoria ante el Zaragoza, se hubiera puesto a un sólo un punto del liderato que comparten Recreativo y Deportivo de La Coruña. Pinta que veremos un bonito partido, sólo empañado por las numerosas bajas con las que cuenta Lobera, pero donde la pasión volverá a salpicar al Archipiélago. Por un lado, tres puntos que si caen del lado amarillo, auparán a la UD a seguir pujando por los puestos de ascenso a directo, pero que si se quedan en el Heliodoro colocarán al ‘Tete’ a tres puntos más de alcanzar a Las Palmas. Tres puntos que nunca son sólo tres puntos. Tres puntos que saben mejor que ningunos, que se viven de forma especial, que se recuerdan siempre, que enhebran sueños y tejen pesadillas.
[box size=»large»]por Eduardo López
@_EduLopez
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