OPINIÓN | «El Recreativo de Huelva tiene un caballo veloz; la Unión Deportiva Las Palmas, uno trotón». Son declaraciones de hace un mes de Miguel Ángel Ramírez, cuando la Unión Deportiva Las Palmas comenzaba a consolidarse, a tener regularidad en los resultados que cosechaba y a crecer de forma exponencial. La adaptación de los últimos fichajes había concluido y los grancanarios no hacían más que encadenar victorias más allá de una personalidad en formación. En el campo se mostraba solvente. Con eso bastaba. La máquina funcionaba y se miraba al ascenso directo con decisión y deseo.
El caballo trotón parecía feliz. Galopaba firme, sin dudas en el trayecto. Pero llegó la expulsión de Apoño, sancionado por seis partidos tras una escena para olvidar en el Mini Estadi. Y el alma del caballo trotón desapareció. Empezaron los errores, la indefinición, la falta de carácter, de amor propio. Ha caído en cuatro partidos consecutivos, quedando gravemente herido tras un derbi que está marcando una tendencia negativa en el rendimiento colectivo e individual del conjunto de Sergio Lobera.
El potro al que se refería el presidente amarillo tiene, a mitad de temporada, su primera cita trascendental. Este domingo ante el Recreativo de Huelva los amarillos disputarán un matchball decisivo en sus aspiraciones. La distancia entre ambos podría ampliarse en demasía yéndose el Decano —segundo clasificado— a nueve puntos. El trotón, en medio de una tormenta y de citas donde ha flaqueado, busca derrocar al caballo veloz en una carrera de noventa minutos. Una final para el caballo… y para su jockey.
[box size=»large»]por Miguel Hernández | Director de udlaspalmas.net
@mhernandez
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