Sufriendo, como siempre. Vicente Gómez se rasgó las vestiduras para volver a vestirse de héroe de la Unión Deportiva Las Palmas y poner el finiquito a un partido que se iba con empate a cero superado el tiempo reglamentario. El tanto del mediocentro sirve para que los amarillos se coloquen a tres puntos del ascenso directo y para insuflar ánimo a una afición que hoy respondió y que no abandonará al equipo en lo que resta de temporada.
La venganza se sirve en plato frío, suele decirse. Y Las Palmas cumplió con ello a rajatabla. Un gol en el tiempo de descuento de Vicente Gómez hizo estallar a los más de 30.000 aficionados que poblaron la grada del Estadio de Gran Canaria y consumó la vendetta amarilla al partido de la primera vuelta en el Heliodoro Rodríguez López.
Afirmó el mediocentro al término del partido en la televisión autonómica que había tenido dudas a lo largo de la semana sobre su concurso en el encuentro más importante de la temporada. Unas molestias le impidieron entrenarse con normalidad en los días previos al derbi y su ingreso en la lista definitiva de convocados era una incógnita incluso para el propio futbolista. No obstante, Vicente entró en la lista y esperó su oportunidad desde el banquillo.
Salió en el descanso, en lugar de Apoño. Se colocó por delante de Juan Carlos Valerón con el objetivo de descolgarse de manera continua y tratando de pisar área como ya hiciera en La Romareda. El gran planteamiento defensivo del conjunto de Álvaro Cervera impidió que su ingreso al verde tuviera la influencia esperada. Pero el destino le tenía guardada una al centrocampista de Schamann.
Fue en el minuto 91 y con una falta lateral que parecía un regalo. Lanzó Momo el esférico con la zurda y conectó Vicente con la cabeza haciendo nexo entre el cuero y la red. Gol. Un tanto que levantó de sus asientos a las tres decenas de miles de aficionados amarillos y que hizo retumbar el recinto de Siete Palmas. También un gol que provoca que la Unión Deportiva deje al Tenerife a seis puntos y que acerca a los amarillos a sólo tres puntos del ascenso directo. Pero, sobre todo, un gol que sirvió para vengar lo ocurrido en la primera vuelta. Venganza que se escribe con V. Con V de Vicente.
Así se vivió el gol de Vicente desde la grada
(vía @PioPioenlaRed)
