La derrota ante el Real Madrid Castilla deja al conjunto canario con muy pocas opciones de alcanzar el ascenso directo a falta de tres jornadas para el final del campeonato. Una vez más, los fantasmas resurgieron y la Unión Deportiva volvió a perder una clara oportunidad de recortar puntos ante sus rivales de la zona alta.

Nueva final, nueva decepción. La Unión Deportiva Las Palmas desperdicia la oportunidad de recortar puntos a Deportivo de la Coruña y Eibar y dice prácticamente adiós a toda opción de lograr la segunda plaza. Una primera parte horrorosa del equipo amarillo dio vida a un Real Madrid Castilla que aprovechó la pasividad de los insulares para hacer sangre. Tres goles antes del descanso que contrarrestaban el tanto inicial de la escuadra de Lobera y que dejaban muy tocado al equipo al término de los primeros cuarenta y cinco minutos.
No es la primera vez que ocurre que el miedo escénico parece limitar las virtudes de la Unión Deportiva en las grandes oportunidades. Barbosa fue el único futbolista que estuvo a la altura de las circunstancias y salvó a los amarillos de un resultado muchísimo más abultado gracias a sus intervenciones.
Y es que no funcionó el centro del campo que puso en liza el técnico aragonés y tampoco tuvo una óptima respuesta la solución propuesta de los laterales de emergencia para este partido. Sin nadie que marcase el tempo, el encuentro se convirtió en un ‘correcalles’ en el que los extremos del filial madridista apuñalaron continuamente a la retaguardia visitante.
De este modo, Las Palmas cayó en un partido al que llegaba con el cartel de favorito y del que se marcha con más sombras que luces. Los fantasmas de la primera vuelta vuelven a planear sobre la plantilla y la presión por el obligado ascenso pone en tela de juicio la fortaleza emocional del bloque insular de cara a un posible playoffs. Aún quedan tres jornadas para cambiar las sensaciones pero la realidad es que hoy Las Palmas se pegó un tiro en el pie en la maratón por el ascenso.