El CD Lugo se ha convertido en las últimas temporadas en un hueso duro de roer para la Unión Deportiva Las Palmas. La máquina de Quique Setién ha superado a los amarillos durante los dos cursos inmediatamente precedentes en los partidos disputados en el Ángel Carro, mientras que en sus visitas a la Isla siempre ha puntuado.
La del Lugo es una visita que no gusta recibir en territorio grancanario. El recuerdo inmediato de los últimos enfrentamientos entre la escuadra amarilla y la creación de Setién provoca que un conjunto modesto en la categoría como el lucense se haya convertido en un rival incómodo. Además, llegan de vencer la pasada jornada ante el Real Valladolid y tienen colgado sobre sí el cartel de ‘matagigantes’.
Hasta ahora había sido Sergio Lobera, en las dos temporadas anteriores, quién se había medido al equipo entrenador por el ex jugador cántabro y siempre había planteado un duelo basado en la tenencia de la pelota. La premisa de tener el balón más tiempo que el rival nunca llegó a cuajar en estos choques y el ex entrenador amarillo siempre perdió la batalla táctica frente a su homólogo.
Ocurrió en la temporada 2012-2013 en el duelo de ida, con un empate a uno en el recinto de Siete Palmas en el que los amarillos merecieron más, y en el de vuelta, cuando los gallegos superaron con relativa facilidad a la UD por tres goles a uno en su feudo.
No sería muy distinto lo ocurrido el siguiente curso. Empate en el Gran Canaria y derrota encajando tres goles en el Ángel Carro. Quique Setién tenía bien tomada la medida a la Unión Deportiva de Lobera pero con la presencia de un nuevo inquilino en el banquillo, cuyo planteamiento resulta mucho más vertical, se abre una nueva posibilidad para que la plantilla grancanaria sea capaz de superar por primera vez a los rojiblancos. Quizá a la tercera ocasión llegue la vencida.
