El lateral de Pozo Izquierdo es el único futbolista de la actual plantilla que ha celebrado una victoria en el campo del máximo rival regional. Fue en Primera División en la temporada 2001/2002 en un partido en el que los grancanarios vencieron por un gol a tres con tantos de Tevenet, Josico y Nacho González.
Ha llovido mucho desde la última vez que la Unión Deportiva Las Palmas venció en el Heliodoro Rodríguez López en competición de Liga, quizá demasiado. Son trece ya los años que acumula el conjunto amarillo sin saborear las mieles del triunfo en el feudo del máximo rival y muchos los futbolistas que desde entonces se han vestido de corto para intentar rememorar una hazaña que no se produce desde la temporada 2001/2002.
Fue en el famoso derbi del apagón y del gol del guardameta Nacho González. Era también el primer enfrentamiento que se disputaba entre ambos equipos en la máxima categoría con el Heliodoro como escenario. Desde entonces, los amarillos no han vuelto a vencer y han ido sumado sendos empates y derrotas cada vez que pisaba el verde del recinto tinerfeño
De la actual plantilla de la Unión Deportiva Las Palmas aún sobrevive un futbolista que disputó aquel encuentro y que, presumiblemente, también actuará en el clásico canario de este domingo. No es otro que Ángel López, quien por aquel entonces vivía los inicios de su carrera como profesional en su primera etapa como jugador de la UD antes de partir hacia Galicia para enrolarse en las filas del Celta de Vigo dos temporadas después.
Es el de Pozo Izquierdo, por tanto, el único futbolista a disposición de Paco Herrera que conoce lo que es ganar un derbi en el Heliodoro Rodríguez López. Hay quienes lo han disputado y nunca han regresado a la isla con los tres puntos y otros harán su primera aparición en un partido de estas características.
Lo que es cierto es que hace más de una década que el club de Pío XII no obtiene una victoria en la plaza más deseada y la afición ya tiene ganas de celebrar. Este domingo la inercia del derbi canario jugado en Tenerife podría cambiar por fin de rumbo.
