OPINIÓN | Si se atiende a criterios de clasificación, dinámica o plantilla, se podría decir que Las Palmas es el claro favorito a llevarse el derbi del próximo domingo. Sin embargo, un derbi no conoce favoritismos, clasificaciones o dinámicas. Conoce corazón, experiencia, actitud y lucha dentro del terreno de juego.
No sería la primera vez que Las Palmas llega como favorito y sale escaldado del Heliodoro. A veces por saberse superior y salir con excesos de confianza, otras veces por declaraciones que puedan servir de acicate para un equipo tinerfeño que espera como agua de mayo alguna frase malsonante esta semana como motivación para el domingo —la más sonada que recuerdo, aquella de Rubén Castro que afirmaba que iban al Heliodoro a hundir al Tenerife, aunque también en caso contrario cuando afirmaron desde la isla vecina que en la última jornada recibirían un pasillo en Gran Canaria—. En ambos casos, el efecto producido fue precisamente el contrario y el primer caso acabó con descenso amarillo y el segundo con descenso tinerfeño.
Sin embargo, esta vez la lección parece estar aprendida. La experiencia de Paco Herrera, así como la de varios jugadores de la plantilla con muchos partidos de Primera en sus botas, hace pensar que esta vez en Tenerife deberán buscar la motivación en su propia isla. Y no sólo a nivel de declaraciones previas. El técnico catalán, como lleva haciendo desde que comenzó la temporada, no permitirá la más mínima relajación ni síntoma de superioridad hacia el rival. Esta temporada la seña de identidad amarilla es la humildad, el trabajo y sacrificio colectivo, ganando los partidos mediante un enorme trabajo y desgaste en el césped.
Líder en solitario, máximo goleador y segundo equipo menos goleado. Y aun así, Las Palmas irá al Heliodoro Rodríguez López con humildad y el mono de trabajo puesto, sabedor de la dificultad que entraña el encuentro y con el recuerdo de la temporada pasada presente, donde la intensidad no fue la mejor en el encuentro de ida. Desde Tenerife tratarán de utilizar las declaraciones de Culio en su presentación como motivación para el derbi. Pero si los amarillos mantienen la actitud mostrada en todos los partidos hasta ahora, hay motivos para ser optimistas y pensar que tal vez pronto no haya que remontarse al gol de Nacho González para recordar la última victoria en Tenerife.
Luego, claro está, siempre puede haber circunstancias en el encuentro que puedan determinar el devenir de un partido, errores puntuales de jugadores o colegiados, balones al palo o que tocan en un defensor y se cuelan en la portería inesperadamente. Son cuestiones futbolísticas que siempre pueden ocurrir y forman parte de este deporte. Pero esta vez la clave no estará en la intensidad ni actitud. Esta vez, en ese sentido, Las Palmas lleva la lección bien aprendida.
[box size=»large»]por Gerardo Mayor
@GerardoMayor
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