No hay botín lejos de Gran Canaria

CONTRACRÓNICA |Se repite la historia de cada quince días en este 2015 para el equipo de Paco Herrera. No hay manera de que la Unión Deportiva Las Palmas juegue a domicilio y regrese a la isla con un buen resultado en la segunda vuelta. Los amarillos no ganan fuera de casa desde su desplazamiento al Mini Estadi del pasado 3 de enero y en la visita de este sábado a Anduva el equipo no encontró un desenlace diferente a todos los obtenidos desde entonces pese a haber hecho méritos para llevarse los tres puntos.

Y es que parece que todo lo que funciona en el Estadio de Gran Canaria se evapora una vez que la expedición amarilla se sube al avión para disputar el siguiente encuentro lejos de la isla. Jugando mejor o peor y mereciendo más o menos en los respectivos partidos, el final del cuento en esta segunda mitad de temporada es siempre el mismo para el representativo canario. Un resultado que sabe a poco y que provoca que haya que estar con un ojo puesto en la clasificación para ver la posición en la que queda el conjunto amarillo y la distancia con los rivales directos.

Es cierto que en esta ocasión la Unión Deportiva mostró una imagen mucho mejor de la que había habituado a enseñar en sus últimos enfrentamientos fuera de casa. Los dos bochornos consecutivos de Soria y Albacete pasaron ya a otro plano, pues en Anudva se vio a un combinado insular con una actitud muy distinta a la de aquellos días.

De hecho, pese a ir perdiendo al descanso, lo justo hubiese sido que Las Palmas acabase los primeros cuarenta y cinco minutos con un amplio margen de ventaja en el marcador, a tenor de las múltiples ocasiones generadas en ese periodo de tiempo. Sin embargo, Ortuño erró todas las opciones de gol de las que dispuso – que fueron muchas – y Araujo no encontró el hueco necesario para imponer su ley antes el intermedio.

Pero como dice el dicho, tanto va el cántaro a la fuente que al final ésta se rompe. Y se rompió a favor de los visitantes a la enésima llegada al área de Razak con un sutil toque del talentoso atacante argentino que daba esperanzas de remontada. Demasiado bonito para ser cierto. Transcurrieron pocos minutos hasta que en una acción aislada Pedro Martín pusiese de nuevo por delante a los suyos sepultando, casi de manera definitiva, las posibilidades de sumar.

Encajado el segundo golpe y con necesidad imperiosa de una nueva reacción para remontar, Paco Herrera no actuó con premura. Retrasó las sustituciones de futbolista y cuando se decidió a hacerlas su idea fue la de poblar el centro del campo y renunciar a las bandas, un planteamiento que iba en consonancia con su alineación inicial en la que no había un sólo extremo puro.

Su plan no encontró el golpe de efecto esperado y la Unión Deportiva ve como se le escapa una nueva oportunidad de dar el golpe definitivo para pelear por el ascenso decididamente. Ganar en casa es obligatorio pero puntuar fuera no es menos importante cuando el objetivo es acabar en una de las dos primeras posiciones. Las Palmas consigue una de las dos cosas y quizá eso no sea suficiente.











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