Un susto innecesario motivado por la relajación

Jonathan Viera / Toño Suárez (udlaspalmas.net)


CONTRACRÓNICA | El partido más cómodo como local de la temporada para la Unión Deportiva Las Palmas terminó con incertidumbre sobre el resultado final debido a una patente relajación de los futbolistas amarillos que aprovecharon los visitantes para maquillar un marcador adverso que era muy abultado.

Porque lo cierto es que hasta el minuto ochenta de partido el equipo de Paco Herrera vencía por cuatro goles a cero después de haber dominado de arriba a abajo un encuentro en el que se mostró infinitamente superior a un Fútbol Club Barcelona B muy bisoño que reflejó sobre el verde de Gran Canaria los motivos por los que esta temporada lucha por no descender.

La primera parte fue un paseo para el cuadro grancanario con un inspiradísimo Jonathan Viera que todo lo intentaba a quien todo le salía bien. Si ya de por sí el de La Feria es un jugador que desprende talento por los poros, el hecho de tener enfrente a una defensa tan inoperante como la del filial blaugrana invitaba al mediapunta grancanario a mostrar su mejor repertorio. De su chistera se inventó un pase de oro para que Araujo convirtiese en gol ese preciado regalo y, posteriormente, deleitó a la grada con innumerables gestos de calidad durante su concurso en el campo.


Su sociedad con el delantero argentino, además, fue mucho más allá del tanto inicial y fueron varias las veces que ambos se buscaron en las acciones de ataque. De hecho, los dos acabaron anotando un gol más cada uno para encarrilar una goleada que se veía venir de lejos y que se selló con el tanto de Asdrúbal a falta de diez para el final.

Sin embargo, a partir de ahí todo cambió y lo que parecía un partido decidido concluyó con un suspense tan inesperado como innecesario. Los jugadores del combinado grancanario se relajaron y permitieron al rival jugar con la suficiencia y tranquilidad de la que no habían dispuesto en los minutos anteriores. Eso, ante un equipo joven e inexperto pero con una calidad terrible, se paga. Dongou recortó distancias y Joan Román realizó dos obras de arte para poner en entredicho el tanteador en el tiempo de descuento.

Fueron diez minutos en los que Las Palmas olvidó todo afán competitivo y dejó que el Barcelona B soñase con poder rematar la machada. Fue un susto innecesario que provocó la propia Unión Deportiva y que pudo costar caro.