La Unión Deportiva desaprovechó la oportunidad de ‘matar’ la eliminatoria en Pucela, y tendrá que defender su ligera ventaja en el fortín del Gran Canaria. Faltaron ideas y ambición en los últimos veinte minutos, con una superioridad numérica mal gestionada por los de Herrera.
La sentencia final la escribirá el Estadio de Gran Canaria. Un partido brusco, con mil caras, marcado por un terreno de juego pesado tras un día de diluvio intenso sobre Valladolid. Demasiados hándicaps para desarrollar un juego vistoso, que sólo duró veinte minutos para los de Herrera. El tanto de Sergio Araujo da numerosas opciones a una Unión Deportiva que no ofreció ideas poner más de cara la eliminatoria tras quedarse con dos hombres más tras las expulsiones de Chica y Timor.
Herrera varió el dibujo desde el inicio. Dio entrada a Valerón junto a Jonathan Viera, dando consistencia Culio y Roque junto a Javi Castellano. Los amarillos tuvieron el control en un campo difícil para combinar hasta que Rubi, que apostó por trivote, adelantó unos metros a Andre Leao, y desarboló la pauta amarilla.
Los primeros veinte minutos fueron de dominio absoluto grancanario. Valerón, Roque y Viera se movían con soltura, ayudados por un David Simón enérgico en banda. El terreno, resbaladizo, no ayudó a dos escuadras que proponen el juego raso y combinado. La adaptación de la Unión Deportiva fue mejor. Tenía el balón, movía al Valladolid y creaba dudas constantes en la defensa pucelana.
Roque, en el minuto 6, protagonizaría la antesala del tanto amarillo. El teldense corrió con fe un balón mandado por Valerón al espacio, dribló a un central que derrapó, y delante de Javi Varas, mandó el balón a las nubes. La UD se gustaba y creía con el paso de los minutos.

En el minuto 8, un pase de cuarenta metros de David Simón a la espalda del Valladolid generaría el primer tanto. Araujo, con un control fantástico con el pecho, creó el espacio y batió por bajo a Varas. Gol de killer. Anotar fuera era fundamental y la Unión Deportiva lo había conseguido.
La tónica prosiguió hasta el minuto 22 cuando apareció la figura desequilibrante de Hernán Pérez. El paraguayo recibió en la frontal del área, amagó a Javi Castellano, y buscó un disparo potentísimo con la zurda que tocó en el poste antes de colarse en la portería de Raúl Lizoain, titular en Zorrilla. Imparable.

El Valladolid, espoleado por su afición, cambió su forma de entender el partido. Elevó la intensidad, colocó más hombres en el medio, y basó su talento al empuje de un Hernán Pérez desatado. La balanza de sensaciones se desniveló a favor de los de Rubi, que serían superiores el resto del choque. Sin ocasiones claras se llegó al descanso. Herrera tenía que mover ficha.
Más músculo, misma prudencia
Entró Hernán Santana por Valerón para dar más equilibrio a un centro del campo de evidente color blanquivioleta. La tónica no cambió. Los amarillos esperaban en exceso, no encontraban espacios entre líneas y pasaban los minutos sin la aparición de Araujo y Viera. Sin talento, la UD tuvo problemas serios.
Roger dispuso de la más clara, en un disparo que se fue alejado del marco de un Raúl sin demasiado trabajo. Aythami, en una internada por sorpresa, tendría la más clara de la Unión Deportiva en la segunda mitad pero su disparo, ante la salida de Varas, no encontró portería (min. 69).

El estado del césped y el juego brusco del Valladolid empezaría a cambiar el guión del partido. Arias López no pudo mirar hacia otro lado con varias entradas locales, duras y dañinas. Así, Chica vería su segunda amonestación en el minuto 75 tras una entrada a destiempo sobre Culio. Timor, cuatro minutos más tarde, haría lo propio por una entrada por detrás sobre Hernán que merecía la tarjeta roja directa. Dos menos con justicia. El Valladolid dio estopa en exceso y el árbitro tuvo que parar el juego indiscriminado local.
Sin ideas ni orden
Con el ambiente en Pucela enfurecido, la Unión Deportiva disponía de un guión perfecto para aumentar sus opciones de éxito en la eliminatoria. Un segundo tanto habría resultado prácticamente definitivo. Las Palmas tenía que dar un paso al frente, pero no lo dio. El Valladolid sacó casta y orgullo, resistió y se aprovechó de un representativo nervioso, con poca pausa y menos creatividad.

Ayudó negativamente la ausencia de Viera y Valerón, para entonces alejados de un partido que tendía a otro guión. Sin abrir el campo ni aumentar los efectivos por delante del balón, la Unión Deportiva naufragó hasta el pitido final. Únicamente un disparo ajustado de Araujo pudo cambiar el marcador (min. 92), aunque el colombiano Mojica también dispuso previamente de una oportunidad para noquear a los amarillos.
Al final, las espadas en todo lo alto. Una eliminatoria que se decidirá en el partido de vuelta. Nada nuevo. Queda un resultado positivo y una actuación global mejorable. En el Estadio de Gran Canaria, el próximo sábado, se decidirá quién accede a la final. Dos duros contendientes que presentarán batalla hasta el último suspiro. Habrá emociones fuertes, no esperen menos.
[VÍDEO] Vea un amplio resumen del Valladolid 1-1 Las Palmas

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Real Valladolid 1-1 Unión Deportiva Las Palmas
Real Valladolid: Varas; Chica, Samuel, Rueda, Peña; André Leao, Timor, Álvaro Rubio (Omar, min. 79), Hernán Pérez (Chus Herrero, min. 79), Óscar (Mojica, min. 57) y Roger. Entrenador: Rubi.
Unión Deportiva Las Palmas: Raúl; David Simón, David García, Aythami, Ángel; Javi Castellano, Culio, Valerón (Hernán Santana, min. 45); Roque (Momo, min. 67), Jonathan Viera (Vicente Gómez, min. 70), Araujo. Entrenador: Paco Herrera.
Goles: 0-1, Araujo, min. 8; 1-1, Hernán Pérez, min. 22.
Árbitro: Francisco Arias López, comité cántabro. Amonestó a los locales Andre Leao, Óscar y Pena, amonestó por doble cartulina amarilla a Chica (min. 43 y min. 74) y a Timor (min. 57 y min. 80). También amonestó a los visitantes Culio, David García y David Simón.
Incidencias: 19.700 espectadores en el José Zorrilla. Ida de semifinales del play-off de ascenso a Primera División. Tarde lluviosa, con partes del campo anegadas. Cerca de 250 aficionados amarillos en el sector visitante.