La Unión Deportiva Las Palmas se mide en la última ronda de la promoción de ascenso a un equipo irregular, con mucho potencial en ataque y muchas carencias en defensas. El Real Zaragoza de Ranko Popovic, que juega con un marcado 5-4-1, es el último obstáculo entre el conjunto amarillo y el ascenso.
Temporada extraña la del Real Zaragoza que ha terminando colándose, contra todo pronóstico, en la final de los play-offs de ascenso a Primera División. Comenzó el curso con Víctor Muñoz en el banquillo y lo termina con Ranko Popovic, una apuesta arriesgada que ha resultado bien en lo deportivo y no tanto en otros aspectos del entorno zaragocista. Su esquema inamovible, la aparición de jóvenes valores canteranos y la eficacia de cara a gol han provocado que el combinado maño se haya erigido como una de las grandes sorpresas de la categoría en la segunda mitad de la campaña.
Inexperiencia bajo palos
Quizá el mayor déficit del Real Zaragoza haya sido su nula seguridad defensiva a lo largo de estos diez meses de competición. Y es que con 58 goles en contra es, de largo, el equipo más goleado de los seis primeros clasificados de la tabla.
Esa facilidad para encajar tantos se entiende, en gran medida, por no contar en su plantilla con un portero experto en la categoría. Alcolea (26 años) sólo ha jugado ocho partidos mientras que Whalley (21 años) con 20 apariciones y Bonou (24 años) con 17, se han repartido el protagonismo.
En definitiva, muchos portero jóvenes y ninguno capaz de quedarse definitivamente con el puesto. Tanto es así, que en las semifinales de la promoción jugaron dos arqueros distintos. Whalley fue el elegido para el partido de ida y un gravísimo error suyo costó el primer tanto de los tres que terminaría anotando el Girona en La Romareda.

Por contra, en el choque de vuelta y tras las críticas recibidas por el cancerbero canterano, Popovic apostó por Bonou para defender la meta. Su buena actuación en la heroica victoria del Zaragoza en Montilivi parece darle mayores opciones de partir de inicio en la final ante Las Palmas.
Una joya en la retaguardia
Luces y sombras en cuanto a la zona defensiva del Real Zaragoza esta temporada. Luces porque el entrenador ha conseguido afianzar la línea de cinco – tres centrales y dos carrileros – a lo largo de la segunda mitad y, sobre todo, porque ha dado la alternativa a tres jugadores que han respondido a las mil maravillas.
Dos de ellos ocupan los carriles y se han convertido en piezas primordiales en el esquema del estratega serbio. Tanto Fernández como Rico han logrado su consolidación en el equipo esta campaña y han jugado prácticamente todos los minutos. La libertad que les otorga tener tras de sí a tres centrales, les permite, además, llegar a situaciones de ataque con asiduidad y se convierten en un arma más a tener en cuenta para los defensores rivales.
De lo que no cabe ninguna duda es de quién ha sido la absoluta revelación del conjunto maño y, probablemente, de la Liga Adelante. El jovencísimo Jesús Vallejo de tan sólo 17 años se ha erigido en el líder del Zaragoza hasta el punto de que es él, pese a su bisoñez e inexperiencia, quien porta el brazalete de capitán. Su carácter, liderazgo y sus buenas dotes tanto para defender como para sacar el balón jugado lo han elevado a ser un hombre inamovible en el once aún siendo un adolescente.
De hecho, es a él a quien buscan habitualmente a la hora de sacar el balón desde atrás, como central más abierto a la derecha. Leandro Cabrera o Rubén, por contra, son los dos que más minutos han jugado como zaguero central más tirado a la izquierda mientras que Lolo o Mario Abrante hacen de libre por detrás.
Así pues, no resulta extraño ver al joven Vallejo salir con el balón controlado desde atrás y dividir líneas hasta llegar a zonas muy avanzadas del terreno de juego rival. Esto es positivo para ellos, ya que suma otro futbolista más en esas zonas de remate pero negativo si se produce una pérdida ya que en la transición defensiva, la pérdida del carrilero en cuestión y del central suponen un campo abierto para el adversario.
Veteranía en el doble pivote y calidad en la mediapunta
Por delante de esa línea de cinco jugadores que forman la defensa aparece el doble pivote que alinea Popovic como escuderos del combinado. Su responsabilidad es mayúscula ya que como el juego del Zaragoza se genera mayoritariamente por las bandas son ellos quienes deben guardar la posición y correr hacia atrás para cortar los posibles contragolpes.
Esa tarea de generar cuando toca pero saber dar equilibrio y cortar juego rival la hace a la perfección Albert Dorca, el hombre que más minutos ha jugado ahí. Intocable para el técnico, el medio catalán ha estado acompañado en muchas ocasiones por Basha pero los problemas físicos de éste han dado pie a que otros como Ruiz de Galarreta o Natxo Insa hayan tenido que jugar en esa demarcación, algo más retrasada de lo que habitúan.
La función de estos es contener ya que en la siguiente línea están los verdaderos ‘jugones’ de la escuadra blanquilla. Pedro, Eldin Hadzic, Jaime Romero y Javi Álamo completan un quinteto en tres cuartos de cancha que se han repartido los minutos de juego y que han aportado, todos ellos, una cifra significativa de goles y asistencias.
Ese protagonismo en cuanto a guarismos de goles y asistencias aumenta cuando es William José el atacante que forma como punta de lanza y no Borja Bastón. El brasileño es un jugador mucho más asociativo que el pichichi y tiende a caer en muchas ocasiones a las bandas para combinar con sus compañeros y dejar un hueco en la zona central que aprovechan precisamente estos hombres de segunda línea.
Sin embargo, cuando es Bastón quien actúa como nueve, la figura de un rematador voraz en el área resta llegadas al área de estos otros jugadores más retrasados pero da una mayor posibilidad al equipo de perforar la meta rival. No en vano, el ariete madrileño es uno de los máximos artilleros en una categoría en la que ya ha demostrado que se le queda pequeña.
Poblar la medular y vigilar las bandas
Así pues, la clave del partido podría estar en cómo plantee Paco Herrera el encuentro y si decide poblar el centro del campo amarillo con el fin de generar superioridad en esa zona ante el doble pivote del Zaragoza. Además, claro está, será importante ver donde marca la primera línea de presión la Unión Deportiva ya que si impide a Vallejo salir con el balón controlado desde atrás, limitará mucho las opciones del rival de encontrar una salida limpia.
No obstante, también habrá que estar alerta a las numerosas superioridades que genera el equipo de Popovic por las bandas. Ahí se pondrá a prueba la capacidad defensiva de los interiores de Las Palmas que deberán ayudar a sus laterales en el dos contra uno que siempre busca el cuadro maño.
Lo que está claro es que este sistema que ha implantado el inquilino del banquillo zaragocista desde su llegada surtió el efecto deseado para ascender en la tabla y es el que les ha llevado hasta estas finales. Con ese sistema lograron el milagro de Montilivi y será ese mismo planteamiento el que utilizará en los dos duelos ante la Unión Deportiva Las Palmas.