CONTRACRÓNICA | Nadie dijo que subir iba a ser sencillo, nadie aseguraba que la eliminatoria ante el Zaragoza fuese a resultar un trámite y, por supuesto, nadie asegura que en el partido de vuelta la Unión Deportiva no vaya a ser capaz de remontar el resultado de ida. Pero el golpe sufrido este miércoles en La Romareda es de esos que deja huella fundamentalmente porque ha sido la propia Unión Deportiva quien ha cavado su propia tumba con sus propios fallos.
Resultaba extraño que la diferencia final en el tanteador fuese a ser de dos goles para los maños a tenor de lo visto durante los primeros minutos del encuentro. De nuevo, como en Zorrilla, Las Palmas fue un vendaval durante la primera media hora de juego y logró el mayor botín posible en este tipo de competencia: anotar fuera de casa. Sin embargo, también como en el feudo del Real Valladolid, apareció la desconexión que dio alas al rival y le invitó a creer en la remontada.
Una vuelta al marcador que vino motivada por tres errores de bulto en la defensa grancanaria. La zaga se quedó parada en el primer tanto encajado, permitiendo que Pedro tuviese todo el tiempo del mundo para colocar la pelota en la cabeza de Rico que, absolutamente sólo, la empujó a la red. Con el aliento de su afición y la moral obtenida tras la heroicidad de Montilivi, el equipo de Popovic creció y se quedó con el protagonismo del partido hasta el intermedio ante un conjunto canario agazapado al que le entraron los nervios al ver cómo nuevamente se desperdiciaba una renta a favor.
Error tras error, el Zaragoza sentenció el partido. Falló Roque en la primera jugada del segundo acto cuando no asistió a Araujo en una acción clara, falló Viera en la intervención siguiente y no erró el cuadro local en el regalo de Raúl Lizoain al borde del área pequeña para que Willian José la cediese a Pedro. No fue el mejor partido del arquero canterano que puso dos manos blandas que proporcionaron dos ocasiones para que el ariete brasileño fabricara dos goles.
Desconexión primero y decepción después. La falta de acierto de cara a gol hizo acto de presencia otra vez en las piernas de los atacantes del combinado grancanario en la recta final del choque en la que dispuso de suficientes oportunidades de recortar distancias y obtener un resultado mejor. No fue así.
Si la Unión Deportiva Las Palmas termina ascendiendo a Primera División será sufriendo, como siempre. Tocará aferrarse al milagro en el Gran Canaria, a creer en los jugadores que defiendan el amarillo y el azul en su propio campo ante un recinto lleno aficionados ávidos de épica. Vale un 2-0 y toca apelar a la fe.