La Unión Deportiva perdonó la vida a los de Jémez y comprobó en su piel la intransigencia de Primera. El Rayo, en un tanto en posición ilegal de Javi Guerra, se llevó todo el premio. Los de Herrera, espesos y nulos en la segunda mitad.
Nada de nada. La Unión Deportiva intentó su primer triunfo, pero se marchó de vacío. Perdonó Jonathan Viera en dos ocasiones en la primera mitad y el Rayo le enseñó cómo se gana en Primera División. Los errores se pagan en la élite.
Los de Herrera venían de hacer un partido repleto de mérito en Vigo. El poso de las tres primeras jornadas era esperanzador. Las Palmas veía ante el Rayo la posibilidad de dar un paso más. Un paso importante antes de una semana que cuenta con dos gallitos por el camino: Sevilla y Barcelona. Una bombona de oxígeno se rifaba en Siete Palmas.
El técnico amarillo volvió a apostar por tres centrales, dejando recorrido a David Simón y Dani Castellano en las bandas. El plan pareció funcionar en una primera mitad con la Unión Deportiva superior los de Jémez. Jonathan funcionaba. Y funcionaba la UD.
Simón seguía aportando con sus entradas por sorpresa desde la banda. Viera siempre le buscaba, y muchas con éxito. El de La Feria contaría con dos ocasiones meridianas para poner tierra de por medio en el marcador. En la primera mandó el balón alto con todo a favor tras un pase de Araujo, que se aprovechó de un fallo entre los centrales.

La segunda, tras una gran asistencia de Roque al espacio, terminó con un disparo potente pero alto. Nunca se sabrá si el césped tuvo algo que ver: el bote del balón no favoreció a nadie. Un grave problema que debe solucionarse por el bien de la UD, su imagen y su futuro en la competición.
No perdonó el Rayo, en ese momento contra las cuerdas y ligeramente confundido. Un córner discutible terminó con un rechace en la frontal y la zaga desorganizada. Trashorras, el más listo de la clase, asistió con la cabeza para que Javi Guerra batiera a Raúl con un elegante toque. La posición era ilegal. El gol subió al marcador y resultaría oro para el Rayo (min. 42).
Desorden
El fútbol mantiene una serie de tópicos recurridos en numerosas situaciones. Uno de ellos es el de anteponer el corazón a la cabeza. Paco Herrera, al contrario que en Vigo, tomó decisiones alejadas de la lógica táctica. Desmontó el centro del campo cambiando a Culio y Hernán para dar entrada a El Zhar y Wakaso. La UD tendería a la anarquía, sin organización ni mando en el centro de máquinas.
La medida, a priori desesperada, no funcionó. Las Palmas prácticamente no chutó en la segunda mitad, ante un Toño inédito. Tampoco ayudó la entrada de un Willian José indolente por un Roque que fue de los mejores de la tarde. Las llegadas disminuyeron y se recurrió en exceso a los balones largos. Araujo no se lo creía ante una torre como Amaya que no le permitió quedarse con ningún esférico por alto. La batalla estaba perdida.
Con el equipo amarillo roto el Rayo Vallecano pudo hacer más sangre. Quedó la imagen tocada en una semana realmente exigente. La UD necesita ideas y frescura en metros finales. Toca levantarse ante el todopoderoso Sevilla de Vitolo Machín.
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Unión Deportiva Las Palmas 0-1 Rayo Vallecano
Unión Deportiva Las Palmas: Raúl Lizoain; David Simón, Aythami, Alcaraz, Bigas, Dani Castellano; Hernán (Wakaso, min. 61), Culio (El Zhar, min. 61), Roque (Willian José, min. 70; Jonathan Viera y Araujo. Entrenador: Paco Herrera.
Rayo Vallecano: Toño; Nacho, Amaya, Llorente, Rat; Baena, Trashorras, Embarba (Jozabed, min. 53), Pablo; Bebé (Quini, min. 87) y Javi Guerra (Manucho, min. 75). Entrenador: Paco Jémez.
Goles: 0-1, Javi Guerra, min 42.
Árbitro: José Luis González González, comité castellano-leonés. Amonestó a los locales Hernán y Araujo; y a los visitantes Baena, Nacho y Embarba, Amaya.
Incidencias: 19.324 espectadores en el Estadio de Gran Canaria.