La Copa del Rey como escenario para reivindicarse

El partido ante la Real Sociedad puede ser un punto de inflexión para los menos habituales / Toño Suárez (udlaspalmas.net)


La competición que este jueves comienza para la Unión Deportiva Las Palmas se convierte en el ambiente ideal para que Quique Setién prosiga con su proceso de conocimiento minucioso de la plantilla. Ante la Real Sociedad tendrán su oportunidad aquellos que menos minutos acumulan en Liga.

En el orden de prioridades marcado en la hoja de ruta de Las Palmas, la Copa del Rey ocupa un lugar secundario. A pesar del ascenso, de formar parte de la élite del fútbol español y de tener una plantilla amplia para rotar en dos competiciones, lo cierto es que la Copa no genera interés para los más modestos. El objetivo sigue siendo lograr la salvación en Primera y, si por algún casual las cosas marchan bien en el torneo copero, bienvenido sea.

Por esta razón se prevé que Quique Setién utilice el encuentro de ida de este jueves ante la Real Sociedad como prueba para medir a aquellos que han contado con menos minutos. El entrenador comenta en cada una de sus apariciones públicas que necesita ver más a todos sus jugadores en competición para valorar su rendimiento no sólo en base a los entrenamientos. Este duelo que se le presenta, sin exigencia por lograr puntos, es la ocasión idílica para ello.


Así pues, la lista de hombres ansiosos de minutos para reivindicar un lugar en un plantel del cual se pretende reducir efectivos se recita con facilidad. David García dará descanso a la habitual pareja de zagueros que forman Aythami y Bigas; Garrido volverá a a actuar para poner en entredicho la titularidad de Dani Castellano; Culio se juega su continuidad en el proyecto amarillo; Hernán y Willian José quieren abandonar su situación de actor secundario de los últimos partidos; y Asdrúbal debutará en partido oficial esta temporada. Además, otros que sí han participado más pero que no son primeras espada como Nauzet, Valerón o Momo, completarían el once.

Para todos ellos no será un enfrentamiento más, sino aquel en el que pueden cambiar su dinámica particular. El entrenador ya ha mostrado que no se casa con ningún futbolista y que es capaz de dejar sentados a grandes pesos pesados si otro demuestra que merece jugar. Tana es el mejor ejemplo para sus compañeros: enamoró a Setién con su fútbol, recibió la oportunidad y no la desaprovecha cada vez que sale al verde.

Un oasis de calma en medio de la frenética exigencia de la Liga, un partido para ganar pero en el que si se pierde, tampoco supondrá un drama. Y sobre todo, al menos para los menos habituales, el escenario perfecto para mostrar sus virtudes a un técnico ávido de conocerlas.