Este jueves Las Palmas debuta en Copa del Rey con la intención de recuperar la buena senda que llevaba antes de caer ante el Deportivo. La competición del KO no se le ha dado mal en sus estrenos a la UD, que en los tres últimos años superó varias rondas.
La Copa del Rey es un campeonato que, por su formato, suele ser vista como un estorbo más que un beneficio para muchos equipos humildes de Primera y Segunda División. No obstante, para el equipo amarillo en los dos últimos años ha terminado siendo una competición ideal, dado el rendimiento y posterior utilidad que acabó logrando gracias a esta competición.
Hace tres temporadas, ante el Racing de Santander y de forma agónica en la prórroga, Sergio Lobera lograba evitar su destitución y recibir el apoyo de una afición que no le culpaba del mal inicio amarillo. Tras aquella victoria, la UD fue retomando el rumbo y dejando gran imagen en Copa, donde había superado anteriormente al Xerez y acabó siendo un hueso duro de roer para los equipos de categoría superior.
Primero cayó el Rayo Vallecano de Paco Jémez a doble partido y en octavos de final el Real Betis, que acabaría clasificándose para la Europa League, tuvo que sudar para imponerse en el partido de vuelta en Sevilla al equipo amarillo. Dos equipos de Primera pasaron por Gran Canaria y ninguno logró imponerse, reforzando la confianza y autoestima del equipo, así como conexión con la afición.
Una temporada después, también con Lobera en el banquillo, Las Palmas también logró clasificarse para los dieciseisavos de final dejando atrás a Sabadell y Hércules. El encuentro en la Nova Creu alta sirvió para que empezaran a coger ritmo los recién llegados Apoño, Aranda y Masoud, así como para la reivindicación de jugadores como Asdrúbal, que hizo e 1-2 y cuajó una gran actuación. No obstante, no se pudo repetir éxito ante un equipo de categoría superior, ya que el Almería se aprovechó de un muy mal partido de los amarillos en Gran Canaria para sentenciar el pase en la ida.
Misma ronda, mejor imagen
A la misma ronda se llegó el año pasado, con Paco Herrera al mando. Las Palmas se deshizo del Mallorca en primera ronda en un encuentro que supuso el debut de Casto, la titularidad de José Artiles o el único gol que hasta ahora ha hecho con el primer equipo Leo Ramírez. En segunda ronda ante el Numancia se vio uno de los mejores goles de la temporada en el Gran Canaria, obra de Asdrúbal con una espectacular chilena.
Y nuevamente, dieciseisavos de final ante un rival de Primera: el Celta de Berizzo que ya maravillaba con su fútbol. En la ida la UD dio un recital, encarrilando la eliminatoria con goles de Hernán y Marcelo Silva. No obstante, Culio envió el penalti del posible 3-0 al larguero y poco después quien no perdonaba desde los once metros era Santi Mina.
El partido de vuelta parecía claramente favorable al cuadro gallego con el 2-0 nada más arrancar la segunda parte. Pero Nauzet Alemán igualó una eliminatoria que parecía destinada a decidirse en la prórroga. Sin embargo, el postrero gol de Orellana en el tiempo añadido, con la UD en inferioridad numérica y Raúl Lizoain con molestias musculares, acabó siendo un alivio según reconoció Paco Herrera, quien se congratulaba de la imagen del equipo amarillo pero admitía el desgaste que le suponían estos encuentros.
Esta temporada, al ser equipo de Primera División, Las Palmas empieza directamente en dieciseisavos de final y ante un rival de su misma categoría. Un encuentro que tiene como gran contra la cercanía del partido ante un rival directo como el Sporting de Gijón, pero que servirá para que jugadores que no han tenido mucho protagonismo se reivindiquen y demuestren a Setién que tienen hueco. Puede ser un punto de inflexión para jugadores que todavía no han podido convencer al técnico cántabro. Además, siempre queda el aliciente de pasar la eliminatoria y esperar fortuna para que el sorteo empareje a la UD con uno de los grandes de la Liga. Pero para eso primero hay que eliminar a la Real Sociedad.