El guardameta de Carrizal volvió a ser ha sido uno de los principales artífices del pase a octavos de final de la Copa del Rey, completando una eliminatoria notable con paradas decisivas que hacen que algunos aficionados amarillos pidan su titularidad también en liga.
Hace escasas semanas se cumplían cuatro años del debut de Raúl Lizoain con el primer equipo de la UD Las Palmas, una fecha que el cancerbero celebraría días después con la gran actuación en Gran Canaria ante la Real Sociedad, donde incluso atajó un penalti a Rubén Pardo. Ayer, en el partido de vuelta en Anoeta, se consagró como uno de los héroes de la eliminatoria, sacando una mano milagrosa a bocajarro ante Jonathas y haciéndose gigante por alto, imposible para los jugadores de un equipo donostiarra que sólo pudo sorprender al de Carrizal de fuerte disparo lejano, imposible para el arquero.
El canterano, que hará 25 años en un mes, cumple su quinta temporada como jugador de la primera plantilla y parece haber alcanzado la madurez necesaria para porfiarle el puesto a un guardameta consagrado a nivel nacional como Javi Varas. Sus actuaciones de esta temporada en Primera División así lo parecen indicar.
Pero el camino de Lizoain no ha sido nada fácil desde su llegada al primer equipo, tras arrasar durante algunos años consecutivos en las valoraciones como mejor jugador del filial amarillo. Siempre a la sombra de arqueros más veteranos y consolidados, Raúl sigue trabajando para hacerse con el puesto de titular con continuidad, algo que no sucede en Las Palmas con un canterano desde Orlando Quintana en la segunda vuelta del último año en Primera antes de la travesía por el desierto que conllevó aquel descenso.
Primero Mariano Barbosa, la temporada pasada Casto Espinosa y desde julio el sevillano Javi Varas han relegado al canterano a una suplencia, que sólo en tramos de la pasada campaña con Paco Herrera pareció discutir con su competencia directa en el puesto. Tampoco ayudó una lesión hace tres temporadas en el menisco de su rodilla que le mantuvo cuatro meses fuera de la actividad futbolística.
Esta falta de ritmo competitivo regularmente ha frenado el desarrollo de un guardameta que se solía mostrar atenazado, nervioso y falto de seguridad en muchas de sus actuaciones en pasadas temporadas. Sin ir más lejos, el partido de ida en la final del ascenso en Zaragoza fue un día del que no guardará especial recuerdo el de Carrizal, ya que como el resto de sus compañeros tampoco tuvo una tarde demasiado brillante, en el día que parecía haberle ganado la partida a Casto para los partidos más decisivos de la historia reciente de la UD.
Buenas actuaciones esta temporada
Pero todo eso parece haber quedado en aprendizaje y recuerdos. Esta temporada suma cinco apariciones en las que no parece haber rastro de aquel guardameta atenazado y ha cumplido con nota. Ya es un arquero maduro. La eliminatoria ante la Real no ha sido más que la confirmación de lo que se vislumbró a principios de temporada especialmente en Balaídos, donde si bien encajó tres goles -uno de ellos de penalti-, mantuvo a los amarillos en el partido y fue una de las claves del heroico punto cosechado.
Este viernes se conocerá el rival de Copa, ante el que Raúl Lizoain volverá a defender el marco amarillo con la ilusión de colarse en los cuartos de final. Será en esta ronda de octavos donde el cancerbero tenga una nueva oportunidad de demostrar no sólo su idilio con la competición del KO, sino más señales de una progresión y una madurez cada vez más evidentes en sus actuaciones. Una nueva oportunidad de demostrar a Quique Setién que puede competir el puesto de titular con Javi Varas.