Acaba el 2015 y es momento de recordar lo que ha sido el año natural para la Unión Deportiva Las Palmas. El papel de varios actores protagonistas, un playoffs de infarto, un ascenso a Primera División, la consolidación de un proyecto, el descenso del equipo filial, un mercado de fichajes atípico o la marcha de Paco Herrera son algunos de los momentos que harán que este año que se nos va se convierta en un periodo inolvidable para los aficionados amarillos.
Como si se tratase de un guion escrito por el autor más retorcido, como si lo acontecido en los últimos 365 días fuese sólo la segunda parte de una obra que aún estaba sin acabar. Se cerró el círculo con la cura de una herida abierta el 22 de junio del año anterior y comenzó una nueva andadura llena de ilusión y regocijo. Probablemente no habrá ningún aficionado de la Unión Deportiva Las Palmas que de ahora en adelante no recuerde el 2015 con un cariño especial, que guarde en su retina este año como aquel en el que alcanzó la mayor cota de satisfacción posible recuperando aquello que sentía que le habían robado. Se acaba un año marcado inevitablemente por la figura de Paco Herrera, por el retorno de Jonathan Viera para ser el líder de una generación, por la consolidación de David Simón y de Roque Mesa en el primer equipo, por los alaridos de gol provocados por el ídolo Sergio Araujo y, sobre todo, por el regreso a Primera División de un club, una afición y una isla que nunca debió abandonar la máxima categoría. Esta es la historia de un año de película. Un largometraje que siempre será recordado como ‘El Sueño de Todos’.
Todo empieza con un mes de enero en el que el principal foco de noticia en torno al equipo representativo canario estaba relacionado con el mercado invernal de fichajes. Alfredo Ortuño llegó como apuesta personal del entonces director deportivo Nico Rodríguez a fin de apuntalar la delantera. Sin embargo, sería la fe del presidente lo que provocaría que la guinda del pastel llegase a una plantilla confeccionada para el ascenso. Jonathan Viera, el hijo pródigo que hizo lo imposible para volver a casa, llegaba a la Unión Deportiva Las Palmas para devolverla al lugar que merecía, a Primera División. A ambos jugadores les costó entrar en el equipo con regularidad pero acabaron siendo importantes con el paso de los partidos, quizá más el murciano que el grancanario al principio pero finalmente el de La Feria resultaría determinante en el ascenso de los amarillos.

Después de una primera vuelta para enmarcar llegó el bajón en el peor momento posible. Las Palmas comenzó a perder fuelle y el ascenso directo se le escapó matemáticamente hasta el punto de jugar las últimas cinco jornadas del campeonato sin mayor motivación que la de preparar los playoffs de ascenso quedando situado lo más alto posible en la clasificación. Fue precisamente en esos encuentros previos a las eliminatorias decisivas cuando Jonathan Viera comenzó a estar en su mejor momento de forma. Superada la lesión que le había lastrado los primeros meses, el mediapunta se encontraba en plenitud y cada partido que jugaba alimentaba las esperanzas de cara a la promoción de ascenso. También Araujo mejoró las prestaciones que estaba dando hasta entonces y los dos estiletes llegaron enchufados a la recta final, al momento decisivo.
La clasificación deparó que el primero de los cruces que debía superar el equipo de Paco Herrera en su tercer playoffs consecutivo sería ante el Real Valladolid. La ida en Pucela fue una auténtica batalla en la que un gol de Sergio Araujo valió su peso en oro para el consiguiente pase a la eliminatoria final. Ese partido acabó en empate a uno con la Unión Deportiva fallando innumerables ocasiones para llevarse la victoria. Aún pasa por la mente de todos la imagen de Roque sólo delante de Javi Varas tirando el balón fuera de la portería. Pese a todo ello, Las Palmas sacó un buen resultado del José Zorrilla y supo defender esa renta en el Gran Canaria con el empate a cero que significaba la opción a jugar la final por el ascenso, igual que había ocurrido el año anterior.
Del fatídico 22-J al día del ascenso
En este punto de la historia cabe recordar el sombrío episodio que se había dado en la ocasión precedente en la que Las Palmas tuvo en su mano el ascenso. Aquel fatídico 22 de junio de 2014 muchos aficionados saltaron al terreno de juego cuando el conjunto grancanario estaba a punto de tocar el cielo. Ese hecho hizo que el partido se suspendiese durante varios minutos y descentró a los jugadores sobre el césped. Quizá tuvo algo que ver la invasión de campo o puede que no tenga relación alguna y que el gol de Ulises Dávila se hubiese dado igualmente. Lo cierto es que a menos de un minuto para el final se rompía el hechizo y se empezaba a escribir con lágrimas el capítulo deportivo más oscuro de la historia reciente del club. Toda la prensa internacional se hizo eco del suceso y la imagen de la afición de la Unión Deportiva, la entidad en sí misma e incluso de la isla se vio manchada por los actos de aquel día.
Sólo a raíz de eso, después de haber vivido y sentido tan de cerca la desgracia, se entiende la actitud con la que se vivieron aquellos ocho días que separaban el partido de vuelta ante el Valladolid y el definitivo ante el Real Zaragoza en el Gran Canaria. Toda la isla se volcó con el equipo, incluso las personas menos familiarizadas con el sentimiento amarillo lucían los colores del representativo por las calles. Se generó una marea amarilla de optimismo que hacía prever que, esta vez sí, sería posible. El destino había querido que el partido definitivo se jugase en el Estadio de Gran Canaria el 21 de junio de 2015, prácticamente un año después de la catástrofe. Era como un guion premeditado que buscaba un final idílico pero había que jugar primero los dos partidos.

Lo que nadie esperaba en aquel entonces era el mazazo de La Romareda. Todo pintaba bien con el gol de Jonathan Viera en feudo maño pero el Real Zaragoza reaccionó y alentado por su público cosechó un contundente tres a uno que daba un favoritismo irremediable a los aragoneses de cara al ascenso a Primera División. La Unión Deportiva tenía que ganar por dos goles de ventaja en su casa para lograr la histórica gesta, para hacer valer la justicia poética. Tocaba remontar y con esa idea de realizar la acción épica en la cabeza de todos fue como se afrontó el día tan esperado, ese que jamás olvidarán los que lo presenciaron en directo.
Aquel partido comenzó a ganarse muchas horas antes del comienzo, con una gran marea de aficionados que realizaron un puente humano lleno de camisetas amarillas entre el antiguo Estadio Insular y el Estadio de Gran Canaria. Ya dentro del propio recinto la afición apretó como nunca para hacer un marco incomparable a la altura de la ocasión que sirvió para lavar lo mostrado el año inmediatamente anterior.
Casto, David Simón, David García, Aythami Artiles, Ángel López, Javi Castellano, Roque Mesa, Culio, Asdrúbal, Jonathan Viera y Sergio Araujo. Una alineación que difícilmente morirá en el recuerdo ya que fueron esos once los elegidos para la gran hazaña. El resto de la historia de lo sucedido ese magnífico día ya es de sobra conocida por todos. Roque inició la remontada y Araujo obró el milagro. El resultado: el regreso a Primera División de la Unión Deportiva Las Palmas justo un año después de haberlo dejado escapar. Un ascenso que estaba destinado a darse a través de un gol de Araujo en la misma portería y desde la misma zona donde había anotado Úlises Dávila. Era la manera de perfecta de cerrar la herida, de poner fin al círculo de dolor y arrepentimiento que nació el 22 de junio de 2014 y murió el 21 de junio de 2015.
El descenso de la vela chica
Probablemente la única noticia negativa de este periodo fue el descenso a Tercera División del filial de la Unión Deportiva Las Palmas. La mala racha de resultados obligó a los gestores de la cantera a destituir a Josico y dar la alternativa a Mingo Oramas como nuevo entrenador de la segunda nave. Los inicios no fueron fáciles para el antiguo entrenador del Juvenil A pero consiguió armar un equipo solvente basado a partir de un buen entramado defensivo y los resultados comenzaron a llegar.
Pese a lograr una buena recta final de temporada, Las Palmas Atlético no pudo evitar jugar la eliminatoria por evitar caer relegado de categoría frente al Cartagena. En ese cruce los canarios no fueron superiores en ninguno de los dos partidos y finalmente claudicaron ante el combinado murciano y cayeron a la cuarta categoría del fútbol español.

Con la necesidad de renovar un vestuario lleno de futbolistas demasiado veteranos para un filial se creó una nueva plantilla algo más regenerada y con varios futbolistas jóvenes que despuntaron en la categoría juvenil. Con ese nuevo plantel los de Mingo Oramas se han mantenido en la parte alta de la tabla en el inicio de la temporada en el grupo canario de Tercera División pero aún están lejos de las expectativas marcadas, que no son otras que las de ganar el campeonato y luchar por el retorno a Segunda División B.
Un proyecto de Primera
Logrado el ascenso de categoría tocaba adaptar el club a su nuevo estatus y, por lo tanto, había mucho que acometer a lo largo del verano tanto en la plantilla como en infraestructuras. Así se aceleró finalmente el estado de las obras para retirar las pistas de atletismo del Estadio de Gran Canaria, se comenzaron las labores de creación de un nuevo campo de entrenamiento en Barranco Seco o se crearon nuevos cargos institucionales en la directiva del club. También hubo cambio de futbolistas, como no podía ser de otro modo. Se marcharon hombres como Guzmán Casaseca, Casto, Ortuño o Marcelo Silva y llegaron piezas para el primer nivel como Pedro Bigas, Javi Varas, Willian José, El Zhar o Wakaso. Sin embargo, quizá los dos grandes movimientos del mercado de verano fueron la adquisición definitiva de los derechos del goleador Sergio Araujo y la retención de Jonathan Viera como líder del proyecto de Primera.
El calendario de la temporada no deparó buena suerte para los amarillos en las primeras jornadas de la Liga ya que los de Paco Herrera debían afrontar salidas muy complicadas durante las diez primeras fechas del campeonato. No resultó extraño por tanto que durante gran parte de las jornadas iniciales la Unión Deportiva ya estuviese en zona de descenso, lo cual queda bastante lejos de lo que todos deseaban en el año del retorno a la élite del fútbol español. Las cosas no mejoraron demasiado y la dirección deportiva decidió dar un giro a la situación con la destitución del entrenador del ascenso. Paco Herrera era relegado de su puesto después de haber devuelto a la institución al lugar de que merecía y su lugar en el banquillo era para Quique Setién, el ex técnico del Lugo.
Nuevo modelo con Quique Setién

Con la llegada del nuevo entrenador no sólo se apostaba por un cambio de hombre al frente del equipo sino que además se trataba de afianzar una nueva filosofía de fútbol en el club. El cántabro siempre ha tratado de imponer en sus escuadras un fútbol combinativo y de posesión, lo cual se entendía por parte del club que podía ser una sinergia perfectamente positiva con el tradicional estilo de juego del futbolista canario. Lo cierto es que los primeros resultados con Setién al frente fueron bastante buenos y Las Palmas sumó puntos en su casillero al tiempo que mostraba un fútbol muy preciosista en todos sus partidos. No obstante, el conjunto seguía adoleciendo el mismo defecto que con Paco Herrera: la falta de gol.
Sergio Araujo no ha encarado la nueva temporada al máximo nivel con el mismo nivel de eficacia que en Segunda y la Unión Deportiva carece de la figura de un goleador contrastado que le permita sacar los partidos adelante. Por ello se plantea como objetivo para 2016 la incorporación de un delantero que marque diferencias en los metros finales y que permite al bloque grancanario sacar un mayor número de puntos en la segunda vuelta del curso.
El último partido disputado por la Unión Deportiva Las Palmas en este año que termina fue el de ayer día 30 frente al Granada que acabó con triunfo amarillo por 4-1. Ese resultado permite que los aficionados puedan tomarse las uvas con su equipo fuera de los puestos de descenso y a buen seguro que el deseo de todos ellos para el Año Nuevo es que a final de temporada esa situación se mantenga igual. Y aunque así sea y Las Palmas logre la permanencia, será muy difícil que el 2016 sea tan señalado como lo ha sido este 2015 en la historia del club. Un año que los aficionados al representativo canario nunca olvidarán. Un año de película. Un largometraje que bien se podría titular como ‘El Sueño de Todos’.