Una muralla de arena

Las Palmas pagó caro sus errores en defensa / Foto: LFP.


CONTRACRÓNICA | Para todo equipo que lucha por no bajar y quiera permanecer en Primera División es fundamental echar el cerrojo a su portería en la medida de lo posible. Existen muchas fórmula para lograr ese objetivo y la de la Unión Deportiva Las Palmas es una de ella: defender a través de la posesión de pelota. Sin embargo, ese axioma cae en vacío cuando cada llegada rival supone prácticamente un gol en contra. Ante el Levante, de nuevo, los errores en la retaguardia condenaron al equipo de Quique Setién.

Era otra final para Las Palmas en el Ciudad de Valencia, quizá la primera de las verdaderamente importantes por los resultados de la jornada y por enfrentarse al colista. Pese a ello, se repitió la historia más habitual en el representativo amarillo en partidos de esta índole y la decepción fue la expresión que sucedió al desenlace del encuentro. Sin hacer nada excesivamente bueno para ganar el partido, el Levante se llevó los tres puntos a base a de aprovechar los continuos fallos defensivos que cometió la escuadra grancanaria. Errores de concentración y en salida de balón que no son nuevos y que siguen costando puntos a un equipo que somete a sus rivales a través del esférico pero que acaba recibiendo demasiados goles por demérito propio.

Cuestión de cansancio, de exceso de minutos por afrontar dos competiciones o por puro nivel competitivo. Lo cierto es que Las Palmas sufre mucho en su defensa. Porque cada acercamiento de un conjunto adversario hace que las piernas comiencen a temblar en la zaga y cada disparo es medio gol en contra. Morales fue continuamente un cuchillo por la banda de David Simón que entraba en ese sector con una tremenda facilidad. Lo mismo ocurría cuando era David García el que hacía la cobertura en el costado. Pocos partidos tan sencillos habrá tenido el extremo del Levante para percutir en una defensa rival. En el lado opuesto, Xumetra hacía lo propio ante las facilidades ofrecidas por la retaguardia canaria.


Así, con fallos concedidos por la defensa, llegaron los goles del combinado granota. El primero, tras un error de concentración en el que los atacantes del Levantes acudieron raudos al rechace de la falta lanzada por Verza mientras los amarillos defendían la acción con la mirada. El segundo, un fallo en salida de balón que el Levante aprovechó para pillar mal colocados a los centrales de Las Palmas y regalar a Deyverson un balón que era medio gol. En el tercero, tras un saque de banda, Morales hizo gala de su velocidad para dejar atrás con media zancada a un David García que ha tenido mejores noches de fútbol que la de este lunes, y sentenció haciendo patente la evidencia: es muy fácil marcarle goles a la Unión Deportiva.

Esa facilidad es la que continuamente condena al equipo de Quique Setién y la que provoca que pese a realizar buenas actuaciones Javi Varas siempre acabe recogiendo balones de su propia portería. Porque la muralla defensiva, que es la base sobre la que se sustenta toda la estructura del equipo, está compuesta por una frágil arena y no por cimientos consistentes. Bigas casi ha certificado su regreso, Ángel también acelera en sus plazos de recuperación y Hernán también está más cerca de volver para ser un reemplazo. En una zaga con tanta carga de minutos y reparto de esfuerzos en dos competiciones, contar con nuevos hombres encargados de la tarea defensiva será una grata noticia. La duda está si con ellos será suficiente o si la solución está en el mercado. El resultado de este lunes quizá haga que la balanza se decante por el lado de la contratación.