Un año en la gloria. La Unión Deportiva Las Palmas celebra este 21 de junio el primer aniversario de su ascenso a Primera División. Un año histórico desde el gol de Sergio Araujo que se ha redondeado con una permanencia holgada en la élite.
Nada estaba perdido aquel minuto 84. En la retina de los aficionados amarillos se revivió cada jornada de ese interminable curso 2014-2015 el terrible varapalo del ‘Cordobazo’, un ascenso birlado en el último segundo, con unas escenas imborrables de la memoria colectiva.
En aquel momento había dos direcciones: o la Unión Deportiva se hundía en la tristeza, o sacaba fuerzas para volver a intentarlo. Tras una temporada fantástica en la primera vuelta, el equipo comenzó a sestear y terminó conformándose con el play-off de ascenso. La tercera promoción consecutiva.
Los de Paco Herrera habían mejorado en las últimas jornadas, recuperado efectivos y moral. Un nuevo objetivo estaba ahora muy presente. Sin el ascenso directo, había que ir por el camino largo. Como si fuera algo disruptivo en la historia de un club acostumbrado a lograr todo con sufrimiento.
Tras superar una difícil eliminatoria ante el Real Valladolid (1-1 en Pucela, 0-0 en el Estadio de Gran Canaria), los amarillos afrontaban una nueva final un año después del ‘Cordobazo’. El rival: el Real Zaragoza. Los maños también se habían clasificado a última hora en sexta posición, como el conjunto cordobés el pasado curso.
La ida en La Romareda, con 1.000 seguidores amarillos en las gradas, no pudo ir peor. Jonathan Viera adelantó a los amarillos, pero distintos fallos garrafales en defensa terminaron por prácticamente condenar a los grancanarios. Aquel partido terminó 3-1. Desde el pitido final, con la normal decepción, se empezó a fraguar la remontada.

#Remontamos
Un 2-0 metía a la Unión Deportiva Las Palmas en Primera División. Con 30.000 almas y el dolor de una cicatriz abierta no había imposibles. La afición amarilla se movilizó de manera ejemplar. Desde las redes sociales se organizó una concentración espontánea en el aeropuerto de Gran Canaria para recibir al equipo tras el 3-1. La UD estaba tocada, pero no muerta. En Twitter empezó a ser Trending Topic el hash-tag #Remontamos.
A la llegada al aeropuerto de Gran Canaria, 500 aficionados arroparon fielmente a los amarillos. Había que hacerlo por ellos. «El domingo nos vemos en la guagua», afirmó Paco Herrera con un grito a todos los aficionados. Las horas posteriores fueron un sinvivir. Quedaban tres días largos hasta la gran final. Había que creer.
El equipo se conjuró para cerrar un círculo doloroso. Aquel domingo 21 de junio de 2015, 30.000 almas llevaron en volandas a todos los futbolistas, al 200% de su nivel, con coherencia en el juego y una responsabilidad nunca antes vista. Roque Mesa abrió el camino en la primera mitad con un derechazo que se coló por la escuadra de la portería maña. La UD estaba a un gol del ascenso.
La UD lo intentó con todo en la segunda mitad pero el gol no llegaba. Minuto 84. Jonathan Viera provoca una falta a 35 metros de la portería rival. Balones a la olla. Aythami salvó de manera mágica un balón que se iba por la línea de fondo, el esférico dibujó una parábola perfecta para caer al segundo palo. Ahí apareció el héroe de esa temporada, Sergio Araujo, para meter la puntera y hacer el definitivo 2-0. El delirio en las gradas. La UD, trece temporadas más tarde, volvía a la Primera División.
La historia de superación tras el ‘Cordobazo’ y la consecución del ansiado ascenso supuso un antes y un después en la entidad grancanaria, que logró con holgura la permanencia en su regreso a Primera División, con un juego y un estilo marcado que le valieron los elogios de todo el mundo del fútbol nacional e internacional. Un año después queda la gran alegría del ascenso, la satisfacción por levantarse y la esperanza de que un futuro mejor está por llegar para la Unión Deportiva.

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