El precio de jugar contra los grandes

Foto: LaLiga.


Las Palmas tuteó al Sevilla, fue superior en la primera parte y supo sufrir ante una avalancha hispalense en la segunda mitad que se estrelló una y otra vez contra la muralla amarilla. Sin embargo a los 88 minutos el inexistente penalti que inventa Vitolo saca del partido a una UD que desapareció durante el alargue, lo que costó el partido.

Ya decía Tebas que a la liga le interesa que Barcelona y Real Madrid estén arriba. Pero había otro invitado a la fiesta que incordiaba ahí. La UD Las Palmas mantenía su liderato a base de sufrimiento y una victoria de mucho sudor en Sevilla, hasta que se topó con la realidad. Y la realidad es que el Sevilla es un grande que juega Liga de Campeones y la UD un equipo que cae simpático pero no está invitada a estar arriba.

Las Palmas tuteó y mareó a todo un Sevilla en la primera parte, hasta el punto de llenar de silbidos el Sánchez Pizjuán ante el juego amarillo. Aunque el conjunto de Sampaoli quería el balón, las fulgurantes salidas de la UD, llenas de calidad en la creación, desconcertaron a la parroquia local.


Todo cambió, como la pasada temporada, cuando Vitolo entró al campo. Primero porque salió Ganso que estaba siendo un amigo y segundo porque empujó a la UD hacia su área. No obstante, tuvo que recurrir a otras artimañas para batir a los amarillos. Si bien es cierto que minutos antes hay otra jugada polémica en la que el balón pudo no haber salido del todo y acabó en gol, ya se encargaba el grancanario de arreglarlo. Se adelanta a Bigas y sabiendo la llegada del defensor, se tira en el área forzando el penalti.

El precio de competir ante los grandes. El respeto se gana con los años y el Sánchez Pizjuán aprieta, algo que pudo influir en el colegiado para ver una jugada donde parecía claro que era mayor la intención de caer del atacante que del defensa de golpear. Porque la UD Las Palmas visitaba un estadio de Liga de Campeones y es un escenario que impone a muchos, especialmente si el rival es un equipo casi recién llegado a Primera.

Las Palmas paga el precio de jugar contra los equipos grandes, algo que no se debe descartar en caso de repetirse. También hay que decir que en la segunda parte el Sevilla mereció el empate. Finalmente queda un mal sabor de boca por el gol postrero, que con el tiempo cumplido y en caso de ser a favor del visitante igual no se hubiese permitido sacar. No obstante, el partido da para muchas conclusiones positivas y con eso hay que quedarse. El Sevilla necesitó de todo lo habido y por haber para doblegar a una UD sin Viera ni Boateng.