Hacer de tripas corazón

Foto: udlaspalmas.NET

La UD Las Palmas le sacó un punto con el alma al Real Madrid sacando pundonor y el alma cuando le fallaban las piernas. El equipo merengue fue superior y perdonó, pero el año pasado la historia fue al revés y se llevó la victoria. Las Palmas este año tiene ángel y carácter. Sobre todo carácter.

Con el alma. Y con algo de suerte. Pero también vale, la misma que faltó en Sevilla. La UD Las Palmas con más corazón que piernas logró empatar ante el Real Madrid cuando parecía todo abocado a una derrota por aplastamiento del conjunto merengue. El equipo de Zidane maniató a los amarillos y obligó a cometer muchos errores, pero ni eso pudo con esta UD que tras lo de Anoeta demuestra que el arranque no fue un accidente.

Porque de entrada Zidane planteó una presión altísima que fundió los plomos a la sala de máquinas desde el pitido inicial. Eso le llevó a robar muchos balones en la salida y arrinconar en su campo a la UD. Fruto de ello logró Asensio el primer tanto, tras haber perdonado el Madrid otras dos contras anteriormente.

Pero esta UD está hecha esta temporada de carácter, de alma. Jonathan Viera reclamaba protagonismo y Tana se erige en el goleador del equipo. Por momentos en la primera parte Las Palmas mareó a un Real Madrid que no sabía cómo parar las incurciones amarillas.

Todo cambió tras la reanudación. El Madrid volvió a presionar arriba y, ahora además con el cansancio amarillo, se hizo con el partido. Roque, Vicente y Tana querían pero las piernas no respondían. Zidane retiraba del campo a Asensio para jugar con Benzema. Casi nada lo que había en el campo. Y así, como en la primera parte, otra pérdida acaba en parada de Varas y gol en el rechace.

A todo esto, Jonathan Viera se había lesionado un rato antes. A la UD le quedaban por delante 20 minutos sin su jugador más creativo, sin piernas y ante un Real Madrid que olía sangre. Pero ni así se vino abajo el cuadro de Setién. Michel Macedo, con el combustible de un atleta de fondo, tiró por la derecha de un equipo donde Tana no había dicho su última palabra. Luchó un balón que parecía perdido, lo puso en el área para que Vicente hiciera una genialidad y Araujo también por empuje acabara igualando el partido.

Porque esta temporada está costando más controlar y dominar los partidos, pero la UD saca otros registros. Cuando no es la contra son los centros al área y ahora también, cuando ni eso es posible, hacer de tripas corazón y luchar a muerte cada jugada, como ya avisó ayer Setién. Sólo así se podía sacar algo de este encuentro y así fue. Las Palmas hizo de tripas corazón.











Artículo anteriorVicente: «Estoy muy orgulloso de mis compañeros”
Artículo posteriorQuique Setién: «Hemos tenido fe»