A la Unión Deportiva Las Palmas parece afectarle de manera negativa los parones por compromisos internacionales. A los amarillos les cuesta arrancar tras las pausas, con una victoria en cinco partidos desde el ascenso a Primera.
El conjunto de Quique Setién no ha tenido el problema de perder jugadores internacionales para preparar de la mejor manera el choque ante el Espanyol, logrando de paso aligerar la enfermería. Sin embargo, y pese a contar casi siempre con todos sus efectivos –el año pasado únicamente Wakaso fue un asiduo a convocatorias–, no siempre ha obtenido el resultado deseado.
En la temporada pasada el primer parón liguero se saldó con un empate en Balaídos ante el Celta, donde los amarillos empezaron a dar síntomas de equipo aguerrido. El partido finalizó 3-3 tras levantar los amarillos por dos veces una desventaja de dos goles en inferioridad numérica –Javi Varas fue expulsado a los once minutos–. No obstante, el gran partido de jugadores como Sergio Araujo o David Simón logró arañar un valioso empate.
A mediados de septiembre, y con el segundo stop realizado, a los grancanarios les fue todavía peor. En el último partido de Paco Herrera como amarillo, la UD cayó goleada en Getafe por 4-0. Con un equipo con tan sólo 5 puntos y penúltimo en la clasificación, le tocaba el turno a Quique Setién.
Después de la jornada once, donde la UD se iría al parón con una victoria (2-0) contra la Real Sociedad, el técnico cántabro tendría más tiempo para poder implantar su filosofía y estilo de juego. A partir de aquí empezaría la pesadilla del Valencia con la UD, que vería como los canarios empataban en un partido que los amarillos merecieron ganar holgadamente (1-1).
Otra vez el Valencia en el camino. Los ché viajaban a Canarias con ganas de que funcionase el «efecto Ayestarán«, tras la destitución de Gary Neville. Y aunque el gol de Rodrigo que adelantaba a los valencianistas podría haber hecho pensar en ello, los grancanarios terminaron ganando (2-1). Fue la única victoria amarilla tras una pausa de selecciones desde que lograra el ascenso a Primera División en junio de 2015.
Esta temporada ya hubo un parón –y habrá otro en el mes de noviembre–. Como líder se presentó la UD en el Sánchez Pizjuán y mantuvo esa condición hasta los acontecimientos ya conocidos a partir del minuto 88. Tan sólo 5 puntos de 15 posibles que dejan un pobre bagaje para Las Palmas en sus partidos disputados después de los encuentros de selecciones nacionales. Este viernes llega el turno del Espanyol y en Gran Canaria. Veremos si el parón beneficia en esta ocasión al representativo.