CONTRACRÓNICA | La UD Las Palmas se quedó a cero por primera vez esta temporada pese a dominar al Espanyol y tener claras opciones para llevarse la victoria. No obstante, la lluvia al final del partido fue una metáfora de lo que ocurrió durante el partido: a los amarillos se les mojó la pólvora.
Las Palmas mereció más ante un Espanyol que daba por bueno el punto casi desde el inicio. No fue una superioridad aplastante ni sufrió en exceso un conjunto perico muy bien ordenado sobre el campo. Pero la UD, especialmente en botas de Prince Boateng, tuvo ocasiones para haber dejado los tres puntos en casa.
Por momentos pareció haber vuelto la mejor UD vista esta temporada, con Jonathan Viera como principal referencia del juego ofensivo. Sin embargo el ’21’ estuvo siempre bien vigilado y tuvo que caer a banda para tener algo de espacio para recibir y maniobrar. Suficiente para dejar solo por dos veces al germano-ghanés ante Diego López, al que apenas puso en apuros con sus tímidos remates.
Sin excesivos problemas en defensa, salvo varios despistes muy graves que sólo los propios errores amarillos propiciaron, la UD lo intentó de todas las formas posibles. De falta directa, con remates lejanos, tocando hasta el área o buscando la espalda de los defensores. Y no hubo forma. Las veces que los amarillos lograban el hueco para entrar se apagaban las luces y todo al traste.
Las sensaciones dicen que la UD sigue haciendo un buen juego y hoy enfrente ha estado un Espanyol que ya nota el sello de Quique Sánchez Flores. No obstante, los resultados ya muestran que son cuatro las jornadas consecutivas que suman los amarillos sin ganar. Ningún motivo para encender la luz de alarma, pero sería conveniente voltear la dinámica y volver a la alegría que reinaba a principio de temporada.