A pesar de empatar a cero ante el Espanyol, el ’21’ amarillo resultó clave en el juego creativo del conjunto amarillo. Dio tres asistencias de gol que no fueron aprovechadas. Tiene la llave del juego ofensivo.
Jonathan Viera regresaba a la titularidad este viernes tras superar unas molestias musculares que le habían impedido estar a su nivel en el último mes. El ’21’ amarillo se echó el equipo a la espalda. Pidió el balón, calibró el juego ofensivo y dio asistencias. Lo de marcar ya no era cosa suya.
El de La Feria realizó un partido soberbio, a pesar de notarse todavía por debajo de su mejor forma física. Fue de menos a más, tratando de encontrar su espacio en un partido muy rocoso planteado por el Espanyol. Permutó en la banda con Kevin-Prince Boateng para recibir con más espacios y poder lanzar las diagonales que tanto acostumbra.
En la segunda mitad, con el Espanyol encerrado, Viera sacó su varita mágica. Pero a veces no es suficiente. Durante todo el partido dio tres asistencias claras de gol a Prince pero no pudo aprovechar ninguna. El camino está claro: balones a Viera.
El grancanario realizó 88 pases con una efectividad del 82%, dando seis asistencias, siendo claras de gol tres de ellas. La mayoría de esos pases se realizaron en campo rival y buscando la portería contraria, como ilustra la infografía de Squawka.
La gran efectividad de la UD Las Palmas en el inicio de la competición se ha ido diluyendo. Los conjuntos conocen mejor al equipo de Quique Setién, tratan de cerrar espacios por dentro y acumular hombres cerca del área. El Espanyol hizo imposible a la UD penetrar una muralla a la que solo tenía la llave de acceso Jonathan Viera. Su partido fue notable. Únicamente falló el gol.
