La UD tiene un gran problema en las jugadas a balón parado. En las doce jornadas que van de LaLiga Santander los amarillos han recibido seis goles en jugadas de estrategia, los dos últimos ante el Betis.
Los números son claros y hacen de los goles a balón parado el punto débil de la UD. En las doce jornadas que van disputadas en LaLiga Santander, los de Setién han recibido veinte goles, seis de ellos en jugadas de estrategia. Una asignatura a mejorar.
En el enfrentamiento ante el Betis la UD Las Palmas recibió dos goles de igual semejanza, algo que refleja el mal hacer de los grancanarios en las jugadas de estrategia en lo que va de campeonato. También cabe recordar que contra la Real Sociedad la expulsión de Prince vino precedida de un centro mal defendido y una salida desacertada de Javi Varas.
Los precedentes de estos errores tienen su origen desde el primer partido de liga, cuando dos centros de Parejo fueron rematados a gol por Santi Mina. Primer partido y primeros síntomas de debilidad. A pesar de ser los primeros compases los errores fueron sucediendo de manera continua como ocurrió en el último tanto encajado en el Sánchez-Pizjuán, cuando el gol de Carlos, tras un centro de Sarabia, culminaría la remontada de los sevillistas.
Distinta manera pero mismo resultado tuvo la falta que Wass mandaría a la red del Gran Canaria, el primero de lo que parecía que sería una goleada celtiña. El último equipo que sacaba tajada de las jugadas de estrategia fue el Betis que se pondría 2-0 en el marcador con dos goles calcados a centro de Joaquín. Gran recompensa para el fútbol que desplegaban los béticos hasta entonces, pero en jugadas fácilmente defendibles.
Estos errores condenan a un equipo que no pasa por sus mejores momentos de cara a gol y que tienen en las jugadas a balón parado su gran debilidad. Un apartado que se estudia en el cuerpo técnico, pero del que Quique Setién ha admitido que su variabilidad hace difícil entrenarlos. En fuego real, al contrario que el pasado curso, la UD ha salido dañada.