El regreso del central charrúa a su mejor nivel eleva el potencial defensivo de la Unión Deportiva Las Palmas. Junto a Bigas formó una pareja muy compenetrada ante las estrellas del Atlético de Madrid.
Quince jornadas han hecho falta para que Mauricio Lemos regrese por sus fueros. El central charrúa, ante la baja por sanción de David García, tenía la gran oportunidad de quedarse en la titularidad. Era el momento. Y no lo desaprovechó.
La pretemporada de Mauricio Lemos, acompañada de las informaciones que le relacionaban con el FC Barcelona, no fue la mejor en el conjunto grancanario. Los problemas físicos derivados de esa preparación se han multiplicado durante los primeros meses de competición. No ha tenido continuidad ni ha cumplido las expectativas iniciales.
El central charrúa destacó el pasado curso –tras llegar en el mercado de invierno procedente del Rubin Kazan– por su fiabilidad, una sensación que había perdido en los últimos choques. Ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón, un escenario de enjundia, demostró por qué los grandes de Europa se fijaron en él.
Tuvo rigor, fue preciso en los cortes y bloqueos, se compenetró a la perfección con Pedro Bigas, ganó duelos desfavorables y despejó balones comprometidos en el área de Varas. Además, se mostró a buen tono físico e incluso estrelló un zapatazo desde 35 metros al larguero. Un partido muy completo del uruguayo.
El regreso de Mauricio Lemos a su mejor nivel aumenta la capacidad defensiva del conjunto amarillo. La mejor etapa de Setién en el banquillo, en el último tercio de competición del pasado curso, coincidió con la pareja formada por Lemos y Bigas. Ambos demostraron este sábado en el Calderón que son una dupla fiable. Lemos está de vuelta.
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