Tras varios días de protagonismo de la Unión Deportiva Las Palmas en la prensa nacional e internacional por su papel fuera del terreno de juego siento que muchos aficionados no hemos entendido algo muy importante.
Por desgracia, algunos seguidores justifican las malas conductas de jugadores de reconocido nivel como Jonathan Viera o Sergio Araujo. Suelen hacerlo destacando que “lo que importa es lo que hacen en el terreno de juego” o con frases tales como “todos hemos sido jóvenes”. Además, no conformes con defender estas actitudes, atacan la labor –fundamental– de los periodistas deportivos que dan noticias relacionadas con ese papel fuera del terreno de juego de los futbolistas de la UD. Y es cierto, que en algunos casos, se usan estas noticias de forma sensacionalista y al final hacen daño a nuestro Club, pero no todas. En cualquier caso, y antes de continuar, quiero aclarar que tampoco este artículo de opinión viene a ser en la línea contraria a estos seguidores, y que siguen otros tantos, ésa en la que piden prácticamente lapidar a estos jugadores. Ese tampoco es el camino.
Pienso y no con poca impotencia siento que algunos no se dan cuenta de por qué fueron tan importantes para esta tierra, y para el fútbol, jugadores como Juan Carlos Valerón. Sin duda referente no sólo para nuestro Club, sino para nuestro fútbol canario y español. Lo fueron porque fueron buenos dentro del terreno de juego, pero también fuera, siendo, en definitiva, un ejemplo a seguir.
No sólo es fútbol. O, por lo menos, no sólo es jugarlo. El fútbol es disciplina, es trabajo, es esfuerzo, es mérito y es corazón. No justifiquemos los comportamientos de indisciplina, que a su vez, en muchos de estos casos, conllevan menos trabajo y menos esfuerzo. No lo hagamos ni “por la juventud”. Yo soy joven, como muchos de ustedes, y les lanzo un reto: prueben a llegar en condiciones poco óptimas al trabajo. Estoy prácticamente seguro de que muchos acabaríamos en la calle, despido disciplinario mediante, sin que quepa tanta condescendencia como en el fútbol. Y si a esto le sumamos la diferencia de sueldos…
Pero no sólo es fútbol por esto, también por muchas más cosas. El fútbol y los futbolistas son, para muchos: honor, valor y espíritu de superación. El fútbol y los futbolistas son para los más pequeños de la casa un ejemplo. Demos por tanto un buen ejemplo. Dejemos que el club actúe, que aplique disciplina, pues la vida es así, y el fútbol no debe ser menos.
Estos valores deben enseñarse a los más pequeños, en el fútbol base, en los colegios… Al final, y en resumidas cuentas, es educación. ¿Qué ejemplo les damos nosotros si justificamos los actos de indisciplina? Entendámoslo: la Unión Deportiva Las Palmas es más que fútbol.
por Eliezer Santana Sánchez