La UD volvió a la senda de la victoria gracias a una noche de golazos en Gran Canaria para apagar el ‘efecto Voro’. Mauricio Lemos se estrenó con una maravilla que firmaría incluso Leo Messi, y Jonathan Viera, que le tiene tomada la medida al Valencia. Boateng acabó viendo el premio a su insistencia con otro gol.
La mejor forma de ahuyentar los fantasmas y sacudirse todos los males para volver a sonreír. Porque la noche fue mágica en el coliseo amarillo, donde hubo de todo. Otra vez el ‘Quique quédate’, una remontada a base de grandes goles y nuevamente un estadio que recupera su estado de ánimo habitual.
Y si a todo eso le añades una pequeña dosis de sufrimiento despejada a base de grandes goles, mejor que mejor. Porque el Valencia fue superior durante los primeros 30 minutos pero fue arrollado tras ponerse por delante en el marcador.
El primer golpe lo asestó Jonathan Viera, un futbolista que desde que juega de amarillo no para de hacer goles a su ex equipo. Le cayó un balón cedido por Boateng cerca del vértica del área, levantó la cabeza y, sin coger ni siquiera carrerilla, colocó el balón con un zapatazo en la escuadra de Diego Alves. Gol para hacer justicia y coger confianza para la segunda mitad.
Un segundo tiempo que casi empieza casi de la forma que terminó el primero o incluso mejor para la UD. La expulsión de Munir termina de hacer crecer a un equipo amarillo pleno de confianza en el que hasta Mauricio Lemos, del que hasta ahora se conocía un gran disparo pero no habilidad para lanzar faltas, hace una de las faltas de la temporada en LaLiga. Fue con decisión, colocó el balón y superó con maestría la barrera para volver a sacudir la escuadra de Diego Alves.
Y finalmente el apoteosis con Prince Boateng. Si bien su gol viene de un resbalón de Mangala, al que dio absolutamente la noche jugando de punta, fue justo premio a una enorme actuación individual del germano-ghanés, que responde de esta forma a la confianza de Setién en él como delantero, al frenar cualquier intento amarillo por fichar un nuevo delantero tras encallarse la opción de Calleri.
La UD recuperó la sonrisa, volvió a hacer disfrutar a la afición y vuelve a llenarse de confianza de cara a la segunda vuelta. Hoy se impuso con firmeza a un buen Valencia y a partir de mañana contará además en sus filas con el grancanario Jesé Rodríguez. Las aguas parecen volver a su cauce y la ilusión vuelve a instalarse en las gradas del Estadio de Gran Canaria.
