Un error individual de Hélder Lopes da oxígeno a un Sporting que necesitaba creer. La UD mejoró las sensaciones, pero sigue concediendo demasiados regalos. Un fin de curso para olvidar.
No pudo ser de nuevo. La Unión Deportiva desaprovechó este sábado en horario matinal una buena oportunidad para dar una alegría a una afición descontenta por los últimos resultados. Los de Setién ofrecieron otra imagen en El Molinón –sin punch–, algo que no sirvió para sumar una nueva derrota como foráneo. Un error de Hélder Lopes en la segunda mitad permite al Sporting no dejar de creer en la salvación.
El Sporting de Gijón salió a por el partido con la intensidad propia de un conjunto que, de no ganar este sábado, podría haber dicho su adiós a la categoría. Las Palmas, al que no acompañaban ni siquiera las sensaciones en los últimos partidos, tenía el deber de defender su escudo y honor. Que no es poca cosa tras los últimos ridículos.
Los primeros compases en El Molinón fueron de color rojiblanco. Los de Rubi trataron de buscar una y otra vez la profundidad por la banda izquierda, comandada por un incisivo Burgui, actor sin el cual el bagaje ofensivo del Sporting tendería a cero.
Hubo una diferencia con respecto a los pasados partidos. Estaba Jonathan Viera. El ’21’ amarillo dio tranquilidad, coherencia y equilibrio. La UD se defendió con balón, buscó las combinaciones y se aprovechó de un cardiaco Sporting que vivía un día clave.
Duje Cop, en dos ocasiones, tuvo ocasiones meridianas para adelantar a un Sporting que se fue diluyendo, precisamente con la entrada en acción de Viera. Las Palmas encontró espacios por explotar. No lo logró.
Erik Expósito, en una jugada individual, vio como Babin le arrebataba en boca de gol un balón que podría haber significado su primer tanto en la élite profesional. Su papel no fue relevante, pero es innegable su sacrificio e ilusión.
Mateo García y Jonathan tuvieron opciones también, cuando ya el partido era de color amarillo en el control, aunque no en el marcador. El tiempo corría a favor de los grancanarios, absolutamente relajados
Nueva pifia de Hélder
El partido transcurría en el tedio, con un Sporting que fue optando por un juego más directo, naturalmente como consecuencia de las urgencias asturianas. Tenían que poner toda la carne en el asador.
Las Palmas ha sido en las últimas jornadas un equipo caracterizado por dar muchos regalos. Y en Gijón no podía ser menos. Fue de nuevo Hélder Lopes –como ante el Leganés–, en un despeje flojo e impropio de un jugador de élite, quien le sirvió en bandeja el gol a un Sporting necesitado de una jugada así. Carmona se quedó solo ante Varas y no perdonó (min. 67).
Rubi trató de solidificar la medular rojiblanca, para dificultar la circulación de los Roque, Viera y compañía. Las Palmas, sin la necesidad de ir a por el empate, no puso en excesivos aprietos al Pichu Cuéllar.
Las Palmas ha hecho lo que cualquier buen amigo: no poner en aprietos a una amistad en mal momento. Ni Leganés ni Sporting pueden quejarse del papel de la UD en estos últimos partidos. Ahora le tocará ser juez de LaLiga ante el FC Barcelona. Esta temporada pide a gritos que se termine ya.
Real Sporting de Gijón 1-0 Unión Deportiva Las Palmas
Real Sporting de Gijón: Cuéllar, Douglas, Babin, Meré, Canella, Sergio Álvarez, Vesga, Burgui (Isma López, min. 82), Moi Gómez (Xavi Torres, min. 82), Carlos Castro (Carmona, min. 45) y Duje Cop. Entrenador: Rubi.
Unión Deportiva Las Palmas: Javi Varas, David Simón, Lemos, Bigas, Dani Castellano (Hélder Lopes, min. 29), Roque, Montoro, Mateo (Halilovic, min. 63), Momo, Viera (Hernán, min. 81) y Erik. Entrenador: Quique Setién.
Goles: 1-0, Carmona, min. 67.
Árbitro: Jaime Latre, comité aragonés. Amonestó a los locales Sergio Álvarez, Douglas, Cop y Carnella; y a los visitantes Roque Mesa, Hernán y Hélder Lopes.
Incidencias: Estadio El Molinón, 36ª jornada de LaLiga, 24.000 espectadores.