CONTRACRÓNICA | El conjunto amarillo volvió a caer lejos de Gran Canaria, pero la imagen fue muy diferente de la mostrada en las últimas semanas. En El Molinón la UD se mostró más competitiva, aunque todavía lejos del nivel que llegó a dar en la primera mitad de temporada. La presencia de Jonathan Viera dio otro aire a los de Setién.
Una semana más, derrota de la UD Las Palmas lejos de Gran Canaria pese a la buena imagen ofrecida por varios jugadores, que mostraron que no están de vacaciones como ha llegado a parecer en semanas anteriores. A diferencia de las visitas a Bilbao, Eibar, Vigo o Leganés, el equipo de Setién mereció mejor suerte en el resultado final.
Y uno de los principales culpables para esta mejor imagen fue Jonathan Viera. El tiempo está demostrando que la participación del ’21’ amarillo es imprescindible para que la UD muestre algo de criterio sobre el césped. Sólo una victoria sin él en el campo, la cosechada en la cuarta jornada ante el Málaga en Gran Canaria, lo que refleja la importancia del futbolista de la feria para su equipo.
Jonathan Viera fue el oasis en el desierto que atraviesa el conjunto grancanario lejos de casa durante esta temporada. Fue el jugador más incisivo y ambicioso, el que siempre buscó verticalidad y huecos para sus compañeros, el motor que hace que la maquinaria en ataque tenga sentido, que no acierto.
Fue, casi con los buenos minutos de Mateo, lo más destacable de la UD en Gijón, donde volvió a caer por un error grosero en defensa. Y es que al final, de nada sirve dar mejor imagen o controlar los partidos, si al final todos los rivales saben que tarde o temprano alguien cometerá un error en defensa que desequilibren la balanza.
