El atacante germano-ghanés sólo ha estado un año en Gran Canaria pero deja un notable legado tanto en el club como en sus compañeros e incluso aficionados. Un año muy exitoso donde disipó en el campo cualquier duda surgida el día de su llegada.
Un año puede dar para muy poco o para mucho, según la perspectiva desde la que se mire o el aprovechamiento que haga cada uno de ese tiempo. Prince Boateng aterrizó la primera semana de agosto de 2016 en Gran Canaria en un fichaje mediático sin precedentes en la isla. En su presentación advirtió que pasados seis meses nadie le preguntaría por su vida personal y prometió máxima entrega. Dicho y hecho.
Prince sólo ha estado un año vistiendo la camiseta amarilla pero le ha dado para dejar un enorme legado en diferentes aspectos. El primero de ellos, a nivel mediático. Con su firma por el equipo insular, Boateng situó Gran Canaria en el mapa del fútbol a nivel mundial. Entre su llegada y el liderato de la segunda jornada, en el que fue fundamental con dos goles, la UD fue noticia en todo el mundo y alcanzó una repercusión desconocida hasta entonces: ya medio mundo conocía a la UD Las Palmas.
También deja un gran legado a nivel deportivo. Y no sólo por su gran rendimiento durante la temporada. A sus 10 goles y cinco asistencias, incluyendo uno de los mejores tantos de la historia moderna de la UD Las Palmas, anotado en El Madrigal, hay que unir su gran peso tanto en el césped como en el vestuario. Dio ejemplo de profesionalidad llegando el primero a entrenar cada mañana, trató de aprender el idioma para adaptarse lo más rápido posible y hasta llegó a mostrar liderazgo junto a otros pesos pesados del equipo en diferentes fases de la temporada. Su fichaje fue un absoluto éxito.
Además, su aterrizaje en la UD marca probablemente un antes y un después en el propio club, donde empezaron a ver posibles fichajes que parecían imposibles. Con Prince se abrió una veda que han seguido posteriormente Jesé y Vitolo. Más allá del rendimiento de cada uno, no hay duda que sus fichajes constituyen todo un lujo para un equipo humilde tratando de asentarse en Primera como la UD Las Palmas.
«¿Por qué no?», siempre respondía Boateng cuando era cuestionado sobre la razón por la que eligió a Las Palmas. Desde su llegada, esa pregunta tomó mucha fuerza tanto en el club como en la afición, haciendo ver que en el mundo del fútbol nunca hay que dar nada por imposible y a veces hay sueños que se cumplen. El de la directiva era que Prince vistiera de amarillo, el de la afición disfrutar de su nueva estrella y el del propio futbolista volver a ser feliz jugando al fútbol. Todos cumplieron ese sueño, aunque sólo durase un año, un tiempo en el que ha dejado, además de un gran recuerdo, un enorme legado.
También te puede interesar…
#DECLARACIONES | «Lo primero en la vida es la familia»
#VÍDEO | Vea el homenaje de la UD a Prince
