Ayestarán en Valencia, por Eduardo Tamarit

Artículo de opinión escrito por Eduardo Tamarit, redactor de Radio Esport Valencia



L

a de Ayestarán ha sido una de las historias más raras que se han visto en el Valencia, y eso que no han sido pocas. Gary Neville llegó por enchufe y sin equipo de trabajo, posteriormente, y debido a los malos resultados, le colocaron a Pako Ayestarán de segundo. El Valencia seguía hundido y tuvieron que despedir al británico. Sin embargo, Ayestarán no se fue cogido de la mano del ex del United, él se quedó como entrenador del primer equipo.

Esa temporada sus jugadores le traicionaron. Consiguieron la permanencia ganando a Sevilla, Barcelona y Eibar, y empatando ante el Getafe. Una vez el puesto estaba asegurado en Primera, el Valencia no sumó un punto más. Sus jugadores compitieron hasta que les dio la gana. De esta manera, el de Beasáin sumó tan solo 10 puntos de 24.


Sorprendentemente, a pesar de ello, acabó renovado y encabezó el proyecto de la siguiente temporada. Pitarch estuvo negociando con Pellegrini pero como la operación no se fraguó, Pako Ayestarán acabó siendo la apuesta del director deportivo.

La idea de Pako Ayestarán en el Valencia era la del reparto de golpes. Los partidos iban a ser abiertos, se iban a tomar riesgos y el técnico de Beasáin confiaba en que su Valencia tuviera más pegada que el resto de rivales, que acabara marcando más goles y que se llevara de esta manera los partidos. Sin embargo, no fue así. Arrancó la campaña 16/17 con un 2-4 en Mestalla contra Las Palmas, en las 4 primeras jornadas no consiguió sumar un punto y por ello, acabó cesado tras el partido en San Mamés.

Su mayor problema fue el desequilibrio defensivo. Su destitución nace, al margen de los 0 puntos de 12, de los 10 goles encajados en esos 4 partidos. Además, esa pretemporada el Valencia encajó en los 7 amistosos disputados, independientemente del nivel del rival. Hasta recibieron gol ante la selección de estrellas de la liga de Nigeria. Esa pretemporada ya advertía lo que podía pasar en el futuro.

Línea defensiva tremendamente adelantada, laterales muy abiertos, jugadores con poco equilibro en el centro del campo y tanto bandas como delanteros sin pegada. Ayestarán era consciente de los riesgos que tomaba y siempre fue fiel a su estilo. Sin embargo, en su fracaso, tampoco le ayudó la configuración de plantilla que le diseñó Pitarch. Ayestarán tuvo que jugar al ataque sin un delantero centro puro. Negredo salió cedido y Lim vendió a Paco Alcácer al Barcelona mientras la entonces presidenta Layhoon decía a los peñistas que el delantero de Torrent no se iba a ir.

Sin embargo, a pesar de que estos dos nueves marcharon del Valencia, el cuadro blanquinegro no firmó un nueve puro y se quedó con Mina, Rodrigo y Munir, segundos puntas jóvenes, que hasta la fecha tenían números exiguos de cara a puerta en la Liga.

Por otro lado, a Ayestarán también le prometieron una limpieza de plantilla, que acabó quedándose corta. A Enzo, al que había tildado de “líder tóxico”, no solo se lo quedó, sino que lo acabó convirtiendo en capitán. Alves también estaba destinado a salir, de hecho, no jugó los dos primeros partidos de liga. Sin embargo, cuando acabó el mercado y no consiguieron sacar al brasileño, Ayestarán lo hizo titular. También hay que recordar que los dos centrales titulares, Mangala y Garay, llegaron con LaLiga empezada y con un desesperado telefonazo de Pitarch a Mendes. Por ello, también hay que reconocer que era muy complicado trabajar en estas condiciones.

Conclusión, chapuza total. Ayestarán estuvo poco arropado por el club y la prueba fehaciente de ello fue su despido en la cuarta jornada. Tampoco le ayudó su estilo eminentemente ofensivo, que le llevó a dispararse en el pie.